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Las escuelas de la ciudad de Buenos Aires se suman a la campaña de clasificación de residuos en origen lanzada un mes atrás por el gobierno porteño. Como actitud solidaria hacia los 35 mil cartoneros que todos los días recorren la ciudad, pero también como una manera de desarrollar una conciencia ecológica, la separación de papeles y cartones en bolsas verdes será también una práctica en todas las escuelas porteñas, donde paralelamente los chicos realizarán actividades relacionadas con el conocimiento del medio ambiente dentro y fuera de las aulas. “Se trata de un cambio cultural y, por lo tanto, lleva mucho tiempo. Hay que machacar y machacar con esto y el papel de los chicos es muy importante porque ellos generan conducta en los grandes”, explicó a Página/12 el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y adelantó que la clasificación de vidrio y plástico podría ser un segundo paso en el marco de esta iniciativa.
La campaña fue lanzada ayer en la Escuela Nº 24 Sara de Elía de Giménez, del barrio de Parque Avellaneda, con la presencia de Ibarra y los secretarios porteños de Educación y de Medio Ambiente, Daniel Filmus y Eduardo Epszteyn. Los funcionarios fueron recibidos por unos 300 chicos que exhibieron sus trabajos y debatieron con ellos la importancia de la separación de residuos para mantener la limpieza de la ciudad, colaborar con los cartoneros y contribuir al cuidado del medio ambiente.
En el cierre de la presentación, chicos y funcionarios firmaron un acta de compromiso mutuo, por el que el gobierno deberá sostener la campaña por una ciudad más limpia y solidaria, mientras que los alumnos se comprometieron a difundirla en sus hogares y en su entorno.
A partir de la semana próxima, todas las escuelas porteñas recibirán, además de las bolsas verdes, un material gráfico en el que se explica el recorrido de la basura, la importancia del reciclaje de papel como ahorro de energía y las actividades que desarrollarán docentes y alumnos. El objetivo es que los chicos tomen conciencia de las ventajas de la clasificación de residuos y de sacar la basura entre las 20 y las 21.
“Acá hay una cuestión solidaria fundamental que es facilitar la tarea a los cartoneros a los que hay que reconocer como un grupo de trabajadores y para generar conciencia, la pata principal son los chicos”, indicó Víctor Santa María, secretario general de la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Fateryh), que también presenció el lanzamiento.
En el acto también estuvo presente un grupo de alumnos de sexto grado de la escuela Nº 13 Jacinta Jacques, que ganó el premio Escuelas Solidarias con su proyecto “Por la sonrisa de un niño”, mediante el que ayudan a la Casa Garrahan recolectando papel para su reciclado. “Por la tele supimos de la necesidad de la Casa y pegamos carteles, pasamos por las aulas y tocamos timbre en el barrio. Así juntamos en dos meses una tonelada de papel con la que pudieron comprar insumos”, relató Hernán, de 11 años.
La campaña solidaria de separación de papel y cartón del resto de los residuos comenzó hace un mes. Para los porteños, ésta es la primera vez que participan de un proyecto de clasificación de residuos en origen, experiencia que nunca había sido aplicada en la ciudad pero que se lleva a cabo en pequeños municipios del interior. La iniciativa es de cumplimiento voluntario y, por lo tanto, su éxito depende en gran parte del grado de compromiso de los ciudadanos. “Esta es una cuestión que tiene que ser internalizada a través de la concientización y no de la penalización, por lo que sólo puede ser voluntaria”, explicó Ibarra.