Con el nombramiento oficial de Juan Luis Manzur en el Ministerio de Salud en reemplazo de Graciela Ocaña –quien dio un paso al costado como titular de esa cartera el lunes pasado–, una “batería de medidas” se anunciaron anoche. No bien ingresó a la Sala de Conferencias de la Casa de Gobierno, el flamante funcionario reconoció que la situación en el país, respecto de la influenza A H1N1 era “seria y difícil” y que en este sentido la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, le había dado “instrucciones expresas” para tomar una serie de acciones y medidas a “poner en práctica lo más rápido posible”: asignar una partida presupuestaria de 1000 millones de pesos para paliar y fortalecer toda la estructura sanitaria en el país, con una ejecución del dinero bajo criterios “estrictamente técnicos y sanitarios”, en forma conjunta y articulada con los ministros de Salud de todas las provincias; “aconsejar y sugerir” a los ministerios de Educación provinciales la interrupción de las clases en todos los niveles a partir del próximo lunes, incluyendo a las universidades, y como tercera medida, otorgar una licencia a partir de hoy y por un lapso de 15 días –resolución que fue consensuada durante la tarde de ayer con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para que estas acciones se concreten tanto en el sector público como en el privado– para todas aquellas mujeres embarazadas, pacientes oncológicos o inmunodeprimidos y pacientes con enfermedades que afecten al sistema inmunológico.

“De acuerdo con los criterios sanitarios y epidemiológicos, la curva de la enfermedad todavía está en ascenso, por eso vamos a seguir monitoreando día a día su progreso para determinar las acciones a tomar con criterios estrictamente sanitarios”, enfatizó el ministro. Las medidas anunciadas por Manzur durante la tarde de ayer en la Casa Rosada se suman al adelantamiento de las vacaciones de invierno y el receso escolar que rige en todos el país.

Después de jurar como nuevo ministro ante la presidenta, Cristina Fernández, Manzur –médico legista y sanitarista– advirtió que se generarán “todos los actos administrativos correspondientes para poner toda la infraestructura sanitaria y recursos humanos disponibles en el país” que sean necesarios para “paliar la pandemia que estamos viviendo. Si un paciente que no tiene obra social va a uno de nuestros hospitales y el criterio médico requiere su internación, este paciente va a poder ser derivado a cualquier sanatorio privado y el Estado nacional se va a hacer cargo de todo el costo que implique su tratamiento hasta que el paciente se cure”.

Manzur profundizó el concepto cuando afirmó que “el nuestro es un país federal y por eso vamos a convocar no sólo al sector público sino también al sector privado y de la seguridad social para disponer de toda la infraestructura sanitaria y recursos humanos disponibles para paliar esta epidemia”. “La Presidenta me pidió que convocara a los mejores hombres y mujeres, a nuestros científicos para poder trabajar en forma conjunta en un equipo que va a discutir, analizar y monitorear la evolución de esta epidemia. Esto no quiere decir que sigamos tomando medidas anexas. Todo dependerá de la evolución de esta enfermedad”, explicó.

“Todos sabemos que las problemáticas en salud, las enfermedades y las epidemias como la que estamos pasando forman parte de procesos que no se resuelven de un día para otro. En esto hay que ser cauto y sereno, hay que tener mucha prudencia y actuar con criterios estrictamente técnicos y sanitarios, y en función de esto tomar las medidas que sean necesarias”, describió el ministro.

–¿Qué le diría a la sociedad que está muy angustiada? –se le preguntó en la conferencia de prensa.

–Fundamentalmente, tenemos que ser responsables, entender la situación por la que estamos pasando. Estas acciones que estamos tomando tienen su criterio en la obligación del niño de asistir a la escuela y de la obligación de la madre embarazada de acudir a su trabajo. Por eso el Estado está relevando estas situaciones para poder protegerlos. Y cuando hablo de la responsabilidad, me refiero a que no es obligatorio concurrir a muchos lugares. En este sentido, todos debemos tener responsabilidad y ser conscientes de la situación que estamos viviendo. Hay medidas concretas, simples, básicas de higiene como el lavado de manos o la consulta inmediata al médico ante la presencia de fiebre, tos o dolor de cabeza”.

Sobre la situación de los infectados en Argentina, Manzur explicó que hay muchos pacientes que pueden presentarse como asintomáticos, es decir, con una patología que pasa desapercibida. “Un 4 o 5 por ciento de estos pacientes requiere atención médica y un 30 por ciento necesita internación.” Y sobre las tasas de afectados en el país dijo: “No tenemos una precisión de la cantidad de pacientes infectados. Lo que sí puedo decirles es que hay cifras a nivel internacional que hablan de una mortalidad ubicada entre el 0,3 y el 0,4 por ciento. Esa es la información que estamos manejando pero, con la prudencia del caso porque hay que tener claro sobre qué denominador de población susceptible estamos hablando”.

Respecto de la cantidad de fallecidos, el último informe oficial del Ministerio de Salud difundido el 26 de junio –cuando Ocaña aún era ministra de Salud– señala que 26 personas habían muerto a causa de la influenza A H1N1. Al cierre de esta edición, en Argentina son 44 las personas fallecidas por la gripe A, según aseguró ayer Manzur.