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“Veinticinco multas labradas en Buenos Aires, veinticinco multas y ningún auto confiscado”: ése fue el saldo del primer operativo de tránsito dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri para secuestrar aquellos automóviles que excedieran el límite de velocidad, según informaron fuentes del gobierno porteño.

Desde ayer, los autos cuyos conductores excedan los 40 kilómetros por hora en las calles, y 60 kilómetros por hora en las avenidas, podrán ser retenidos por la autoridad competente. Mientras las multas para los conductores que violen la norma serán de entre 100 y 1000 pesos, los conductores de taxis y colectivos deberán pagar entre 500 y 3000 pesos, señaló el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, que realizó tres operativos de control anunciados.

Guillermo Montenegro, titular de esa cartera, anticipó que luego de una semana en la que se anunciarán los procedimientos y se buscará generar conciencia en los conductores sobre el respeto a las normas de circulación “habrá controles sorpresivos las 24 horas del día”. Se ubicaron dos puestos de control para el sistema de vigilancia: el primero funcionará con un radar, con cámara fotográfica incorporada, que se ubicará a 500 metros por delante del segundo, donde se imprime la foto, se detiene al conductor y se le entrega la multa, más la imagen con la infracción que cometió.

Ayer los operativos se realizaron desde las 7.30 de la mañana en las esquinas de la Avenida Santa Fe y Viaducto Carranza; en Niceto Vega y Carranza; en Bompland y Avenida Roca y estuvieron a cargo de agentes del Cuerpo de Tránsito de la ciudad.