Miércoles, 30 de diciembre de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › ALEX FREYRE Y JOSé MARíA DI BELLO SE PRESENTARON EN PúBLICO COMO ESPOSOS
Los recién casados llegaron de madrugada de Tierra del Fuego y a las 11 brindaban una conferencia de prensa. Contaron sus sensaciones como primer matrimonio gay en América latina. Y admitieron que habrá planteos de nulidad del casamiento.
Por Soledad Vallejos
“Esta es un acta histórica. Dice que el matrimonio para personas del mismo sexo en Argentina es real y ya existe”, dijo Alex Freyre mientras él y José María Di Bello, su flamante marido, mos-traban a montones de cámaras el certificado del Registro Civil de Ushuaia que formaliza su pareja. Acababa de terminar el encuentro en el que, aunque habían arribado desde Tierra del Fuego en plena madrugada, dieron cita a la prensa nacional e internacional durante la mañana para explicar detalles legales, estrategias a futuro y expectativas por los proyectos de ley y las presentaciones pendientes de resolución en la Corte Suprema. A lo largo de una hora, los recién casados explicaron cómo fue que llegaron a celebrar la última boda de 2009 en la ciudad más austral del mundo, y para dar los detalles contaron también con la compañía y la palabra de algunos de sus aliados fundamentales: la presidenta y el secretario general de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (Falgtb), María Rachid y Esteban Paulón, y el recién asumido presidente del Inadi, Claudio Morgado. Cada uno de ellos, a su vez, subrayó la importancia que había tenido en el proceso la gobernadora Fabiana Ríos, cuyo decreto hizo posible la boda.
“Es como un déjà vu, ¿no?”, bromeó Freyre, que se topó con un “pero con libreta” casi instantáneo respondido por su marido, mientras el encuentro estaba por comenzar y los flashes arreciaban ante cada beso, cada mínimo arrumaco o señal de emoción. La cita, que había sido convocada en cuanto la boda fue realizada, coronó lo que hasta el lunes al mediodía había sido apenas una posibilidad, y cerró un año repleto de novedades judiciales y legislativas en lo que a la comunidad LGTB refiere. Luego de repasar cada uno de los pasos legales y administrativos que permitieron la celebración de la boda, Rachid, quien abrió el encuentro, adelantó que la Falgtb tiene en agenda un 2010 tan movido como el año que se va. Además de la decisión de la Corte Suprema sobre el matrimonio que ella y su pareja Claudia Castro quieren celebrar y de los cada vez más mentados avances de los proyectos de ley para ampliar los alcances del matrimonio civil, explicó, en el futuro inmediato otras parejas procurarán formalizar su situación. “Esta fue una estrategia decidida en el marco de una provincia que respeta nuestros derechos. También Santa Fe lo hace. (El gobernador) Hermes Binner ha adherido a los proyectos de ley y el Partido Socialista ha firmado un amicus curiae ante la Corte” para apoyar los pedidos que han llegado a esa instancia, señaló Rachid. Por ello, “muy pronto iremos a Santa Fe” para lograr celebrar otros matrimonios entre personas del mismo sexo. “A más tardar en marzo esperamos tener buenas noticias de la Corte, y que el Congreso trate la ley, para que esto no sea privativo de parejas que puedan presentar recursos judiciales o que tengan suerte con los jueces que les toquen, sino que sea un derecho para todos y para todas en todo el país”, agregó mientras, a su lado, Freyre y Di Bello se miraban sin ocultar la emoción de escuchar, otra vez, una definición emblemática que los acompañó estos meses: “La igualdad jurídica es el reconocimiento del Estado hacia nuestra dignidad”. En lo referente a los proyectos de ley, Rachid dio a conocer que, a la lista de apoyos incondicionales encabezada por Vilma Ibarra, Juliana Di Tullio, Silvia Augsburguer (de mandato ya cumplido), María José Lubertino y Roy Cortina, se ha sumado de manera explícita Agustín Rossi, quien durante las reuniones plenarias de comisiones de diputados había evitado dar definiciones.
En este momento, en los tribunales argentinos se encuentran en marcha veinte pedidos de amparo similares al que Freyre y Di Bello habían presentado ante la Justicia porteña, y que luego la jueza Gabriela Seijas resolvió favorablemente. “Hay en todo el país”, adelantó Paulón, quien también señaló que en cuanto se levante la feria, en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, entre otros distritos, se radicarán nuevos pedidos judiciales de parejas del mismo sexo deseosas de convertirse en matrimonios ante la ley. “Con eso estamos demostrando que es una necesidad de las parejas del mismo sexo la igualdad jurídica”, y para dar más contundencia a los números convocó “a todas las parejas y familias” no heterosexuales que quieran formalizar su situación a contactarse con la Federación, que está en tren de brindar patrocinio y asesoramiento jurídico. “Más temprano que tarde, vamos a lograr los mismos derechos con los mismos nombres”, afirmó. “Y no nos asustan los planteos de nulidad que quieran presentar. Ellos están casados y eso es irreversible. Si hay planteos de nulidad, serán contestados y llegarán a la Corte Suprema si es necesario”, acotó Rachid ante un público compuesto por enviados de agencias y diarios extranjeros, representantes de casi todos los medios nacionales y algunos familiares y amigos de los recién casados, que iban llegando para celebrar la buena nueva.
Este “es un caso emblemático” que “llegó a buen puerto porque hubo condiciones sociales y económicas que lo posibilitaron”, evaluó a su turno Morgado, preocupado por señalar que aun cuando “es una realidad de muchísimas personas”, no todas ellas tienen “acceso a recursos jurídicos” para lograr formalizar sus parejas sólo por no ser heterosexuales. “Por eso –agregó– (desde el Inadi) queremos dar testimonio de que es posible, para ayudar a quienes no tienen recursos a llegar a donde han llegado nuestros amigos.” Como si hubieran sido palabras mágicas, esa definición dio paso a la pareja del momento. “¿Están seguros? ¿Ustedes creen?”, dijo Di Bello que le decían amigos y familiares cuando juraba y perjuraba que el 2009 no terminaría sin la celebración de su matrimonio. “Y acá estamos. Somos marido y marido. Finalmente.” Freyre sonrió. “Este debate –dijo un rato después– pone en cuestión la diferencia entre familia y matrimonio. Somos familia, más allá del certificado. Nuestras familias valen, construyen, aportan, lo mismo que la que formaron mis padres, porque los heterosexuales también tienen una diversidad increíble y lo quieren ocultar.”
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