Lunes, 8 de marzo de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › TRES MILLONES DE PERSONAS PADECEN ENFERMEDADES PREVENIBLES DE RIñóN
La enfermedad en los riñones no produce síntomas hasta que ya es tarde y obliga a la diálisis. Hay señales que permiten detectarla antes. Se dispara con la diabetes y con la hipertensión. Durante esta semana, en el Clínicas se realizarán pruebas gratuitas.
Por Pedro Lipcovich
Algo te come los riñones, discretamente; lo hace con tal esmero que no te das cuenta hasta que, de pronto, de un día para otro, tus riñones se han destruido. Esta descripción, propia de una película de terror, corresponde puntualmente a la enfermedad renal crónica, que afecta inadvertidamente a millones de personas en la Argentina: sólo da síntomas cuando ya es demasiado tarde y, perdida la función de los riñones, no queda más que la diálisis y la esperanza del trasplante. Sin embargo, la enfermedad puede detectarse desde el primer momento con un chequeo de sangre de rutina y tratarse para evitar que progrese. Claro que lo mejor es prevenirla, y eso puede lograrse tratando o previniendo sus dos principales causas: la diabetes y la hipertensión arterial. Los nefrólogos contabilizan casi tres millones de enfermos renales, la mayoría de los cuales desconocen esa condición. Y la enfermedad puede agravarse por el efecto tóxico de medicamentos de uso frecuente: antiinflamatorios como el ibuprofeno y el diclofenac, o antibióticos como la gentamicina o la ciprofloxacina. El jueves es el Día Mundial del Riñón, y toda esta semana el Hospital de Clínicas ofrecerá chequeos gratuitos.
“Este año, la alarma se dispara por la diabetes, que se ha convertido en la primera causa en el mundo de insuficiencia renal crónica –advirtió Walter Douthat, presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología–: en la Argentina, el 35 por ciento de los pacientes en diálisis perdieron la función de sus riñones por causa de la diabetes.”
Lo que hace las cosas más difíciles con la enfermedad renal es que, en la mayor parte de los casos, es consecuencia de otras enfermedades que a su vez pueden permanecer ignoradas por el paciente: la diabetes o la hipertensión. “La alta presión arterial, a lo largo de los años, daña todos los vasos del organismo y también las arterias renales, lo cual lesiona los riñones”, explicó Alicia Marini, jefa de la división Nefrología del Hospital de Clínicas de la UBA.
Pero, “si muchos diabéticos o hipertensos desconocen su condición, peor es la situación de los pacientes con enfermedad renal –observó Douthat–: la diabetes en la mayoría de los casos produce síntomas antes de que se llegue a estadios terminales. Pero uno puede perder prácticamente la función de los riñones sin haber sentido nada: el cuerpo se va adaptando y no se producen síntomas hasta que la función del riñón ha caído a menos del diez por ciento: entonces, ya hay que ir a diálisis”.
Sin embargo, “la insuficiencia renal puede detectarse fácilmente mediante el dosaje de creatinina o de urea en sangre, que forman parte de los análisis de rutina; son fáciles, baratos. También se detecta en el análisis común de orina por la presencia de proteínas”.
Quiere decir que el desconocimiento de la enfermedad renal, como el de la diabetes o la hipertensión, muestra la carencia de chequeos preventivos en la población general. Según la estimación de la Sociedad Argentina de Nefrología, “cerca de tres millones de personas en la Argentina sufren de enfermedad renal”, es decir que han perdido por lo menos el 20 por ciento de la capacidad de los riñones para filtrar la sangre.
La situación se agrava porque miles de personas, que son enfermas renales y no lo saben, consumen medicamentos que pueden ser tóxicos para el riñón: “Esta toxicidad puede presentarse en los antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno y el diclofenac –precisó Douthat–, y en varios tipos de antibióticos: la ciprofloxacina y la norfloxacina, muy comunes, pueden producir trastorno renal cuando la administración o la dosis no es adecuada. El mismo riesgo se plantea en los antibióticos macrólidos y aminoglucósidos”, como la gentamicina, la estreptomicina, la neomicina, la claritromicina, la zitromicina y la eritromicina.
Aun cuando la enfermedad renal ya haya empezado, si se detecta a tiempo es tratable y no hace falta que la persona llegue a diálisis: “En la persona con enfermedad renal se promueven cambios en la dieta: especialmente, disminuir el consumo de carne vacuna, ya que sus proteínas sobreexigen al riñón dañado; también se disminuye el consumo de sal; se hacen chequeos de los glóbulos rojos, porque suele producirse anemia, controles de los huesos y de otros órganos. Con estas precauciones puede evitarse que la enfermedad avance”, señaló Douthat.
Hoy comienza la Semana del Riñón. El Hospital de Clínicas de la UBA brindará, hasta el viernes y en el horario de 9 a 12, análisis gratuitos para detectar enfermedades renales. Los principales grupos en riesgo son: “Las personas de más de 60 años, los diabéticos, los hipertensos, los obesos y quienes tengan familiares que hayan padecido enfermedad renal”, precisó la doctora Marini.
También se ofrecerán análisis gratuitos en el Instituto Lanari y en el Hospital Privado de la ciudad de Córdoba.
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