SOCIEDAD › UN HOMBRE MATó A UN CHICO DE 14 AñOS EN MERLO Y LOS VECINOS QUEMARON SU CASA

A los tiros por molestar a un perro

Un grupo de chicos pasaba por una casa. Un perro los atacó y ellos le tiraron piedras. Un hombre disparó entonces sobre los adolescentes y mató a uno de ellos. Familiares y vecinos le prendieron fuego su casa. El agresor quedó detenido.

Un adolescente de 14 años fue asesinado a balazos por la espalda el domingo a la noche cuando iba a la casa de un amigo en el barrio Almafuerte, del partido bonaerense de Merlo. Ante la muerte del chico, ayer en la madrugada, decenas de familiares y amigos prendieron fuego la casa del supuesto agresor, que quedó detenido. “Asesino” quedó grabado en las paredes de la vivienda incendiada, ubicada en la esquina de Ivanoski y Torres. Allí, Federico Daian Aguirre, de 14 años, fue atacado por un vecino que habría disparado con una escopeta a un grupo de chicos de entre 12 y 14 años, porque habrían apedreado a su perro, informaron fuentes policiales. Pero los vecinos negaban que se tratara de su mascota y resaltaron que el hombre ya había amenazado a chicos del barrio y tenía antecedentes de agresiones.

El grupo de adolescentes caminaba desde la casa de la víctima hasta la vivienda de uno de sus amigos, a cuatro cuadras de distancia. Federico, junto a sus compañeros, acompañaba a otros más chicos hasta el lugar. En el trayecto, todos jugaban con unas botellas de plástico sobre la calle de tierra. En la cuadra de Ivanoski y Torres, un perro de un vecino atacó a uno de los chicos en la pierna. Federico y el grupo de adolescentes le tiraron cascotes al animal en defensa del chico, para que lo soltara. “Cuando un amigo empieza a patear unas botellas el perro lo agarra de la pierna, entonces otro amigo le tiró un botellazo y empezamos a tirar piedras para que el animal lo suelte y espantarlo”, contó uno de los jóvenes testigos.

Cuando estaban en la esquina, salió Cabana a quejarse por lo sucedido. Los vecinos contaron que no era la primera vez que amenazaba a los adolescentes que pasaban por allí: “Un día pasaba con la bici y me dijo ‘si pasás y me querés robar, te voy a acuchillar todo’. No le gustaba que pasemos por acá”, contó a Página/12 uno de los chicos del barrio.

Cabana vive a pocos metros de donde estaba el perro, que según los vecinos no era la mascota del agresor. Cuando ocurrió el episodio con los adolescentes, el agresor tomó un arma y disparó al aire. Entonces, el grupo de chicos se alejó a las corridas, aunque uno de los vecinos contó que algunos de ellos creyeron que se trataba de la explosión de cohetes, con el fin de asustarlos. Sin embargo, según pudo averiguar este diario, el hombre se arrodilló, apuntó al grupo y disparó cuatro veces a los adolescentes por la espalda. “Sale el tipo y les apunta con el arma que tenía. Les dice ‘pendejos de mierda, tómensela’ y empieza a tirar tiros”, detalló uno de los hermanos de la víctima.

Frente a esa situación, los chicos corrieron, pero Federico cayó al suelo herido de tres balazos –dos en la espalda y uno en la pierna–, según contaron sus familiares. Lionel, uno de sus hermanos mayores, estaba con él: “Todos corren y mi hermano se queda atrás, otro amigo le dice ‘dale Fede, no jodás’, pero él le dice ‘no puedo correr, no puedo’, ahí ven que tenía la mano con sangre”, dijo. Entonces, amigos y vecinos lo subieron a un auto y lo llevaron hasta el hospital de Merlo, donde murió.

Cuando se enteraron de los hechos, cerca de 60 vecinos se movilizaron hasta la casa del presunto agresor. Ante la bronca por la muerte del chico, arrojaron piedras y prendieron fuego la vivienda. La situación se prolongó hasta que el grupo GAD de la Departamental Merlo dispersó a los manifestantes. También llegaron al lugar una dotación de bomberos del Cuartel de esa localidad, efectivos de la Guardia de Infantería y de la comisaría 3 de Merlo. En la casa incendiada, la policía halló una carabina calibre 22 con la numeración suprimida, con la que el hombre habría disparado. El presunto agresor, identificado como Eduardo Cabana, de 36 años –casado, padre de un hijo pequeño y con su esposa embarazada– fue detenido y trasladado a una seccional local. Fuentes policiales aseguraron a este diario que el caso está caratulado como “homicidio simple cometido con arma de fuego” y, hasta ayer, el hombre se encontraba a disposición de la Fiscalía Nº 8, del partido bonaerense de Morón.

A pocas cuadras de allí, ayer por la tarde, en el Club 11, donde Federico jugaba al fútbol, se realizó el velatorio. “Hacía una vida común, jugaba a la pelota desde los siete años, iba al colegio, lo conocía bien todo el barrio”, manifestó a Página/12 Gustavo, tío de la víctima. Una prima contó que “era un nene hermoso, muy querido, jugaba con nosotros, con mis hijos, le encantaba jugar a la pelota, no andaba en cosas raras, eso es lo que da más bronca, era rebueno”.

Por su parte, la madre de Cabana, Irene, quien vive al lado de la casa de su hijo y fue agredida por unos vecinos, admitió que fue él quien mató al chico. Rechazó que su hijo fuera violento y explicó que un grupo de muchachos del barrio siempre lo molestaba y que incluso le han “robado” en el pasado. “No voy a negar que él lo mató, pero siempre lo molestaban, igual no es razón para matar”, dijo la mujer. Según contó, la carabina pertenecía a su esposo, pero su hijo se la había sacado tiempo atrás cuando el padre, molesto con unos muchachos, amenazó con dispararles.

Los vecinos y algunos familiares contaron que Cabana es una persona violenta, que amenazaba a los chicos cuando estaban en la esquina. Incluso, señalaron que tiene antecedentes de agresiones. “Tarde o temprano iba a matar a alguien”, sostuvo uno de los tíos de Federico.

Algunos vecinos temen que la familia del detenido tome represalias. “Pienso que puede venir algún pariente y mate al que encuentre aquí. No creo que quede así”, dijo a este diario una vecina, que alejaba del lugar a los chicos que se acercaban a la casa quemada, donde quedaron pintadas rojas con las consignas “Fede por siempre, los pibes” y “Eduardo, asesino de Federico”. La secundaria básica Nº 5, donde él estudiaba, hoy estará de duelo. En la entrada de ese colegio, un cartel con la foto del adolescente exige “Justicia por Fede”.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.

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La casa del agresor quedó en ruinas y con inscripciones que lo acusan de “asesino”.

Al lado de la casa quemada vive la madre del agresor.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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