Desde Milán

El papa Benedicto XVI evitó hablar de las controversias que sacudieron a la Iglesia Católica en el último año, en su primera sesión de preguntas y respuestas, muy cuidadosamente preparada y emitida ayer. El Papa se mantuvo dentro de temas seguros seleccionados por los productores del programa, como las razones por las que hay sufrimiento en el mundo, la necesidad de terminar los conflictos y la santidad de la vida humana. La entrevista fue grabada la semana pasada por la RAI Uno en la Biblioteca Vaticana y fue emitida el Viernes Santo a las tres de la tarde, cuando la tradición indica que murió Cristo en la Cruz.

Las siete preguntas al Papa evitaron el tema de los escándalos con sacerdotes pedófilos que dañaron la imagen de la Iglesia en años recientes. La Semana Santa del año pasado fue dominada por las fuertes revelaciones de abusos de menores por sacerdotes.

“Le pedimos al Papa que respondiera a preguntas del público y no a preguntas de periodistas, y él estuvo de acuerdo”, explicó radiante Rosario Carello, quien tuvo la idea del programa y eligió las preguntas realizadas entre más de dos mil recibidas. Benedicto, de 84 años, estaba vestido de blanco y sentado en una silla de respaldo alto, y respondió a las preguntas lentamente, con una voz algo afónica. La primera pregunta vino de una niña japonesa de siete años, traumatizada por el reciente terremoto y tsunami, que le pidió que explicara “por qué murieron tantos chicos y por qué tantos otros están asustados”.

El Papa dijo que no tenía respuesta a esto pero que era “importante recordar que ese sufrimiento no fue gratuito, no fue en vano, que tras él hay un plan de bondad, un plan de amor”, y agregó que “estoy contigo y con todos los niños japoneses que sufren”.

Tras un aplauso cortés de la audiencia en el estudio, tres expertos invitados intentaron reforzar las expresiones del Papa. Este mecanismo se repitió con las demás preguntas. La segunda pregunta vino de Nadia Teresa, que apareció sentada junto a un hijo en coma. “El alma de mi hijo Francesco, que está en estado vegetativo desde la Pascua de 2009 ¿ya dejó su cuerpo que ya no tiene conciencia o todavía está en él?”

“Por supuesto que el alma está en él”, dijo el Papa, comparando la situación a la de una guitarra sin cuerdas. “El instrumento del cuerpo es frágil como eso, es vulnerable, y el alma por así decirlo no puede tocar, pero sigue presente”, explicó Benedicto. “También estoy seguro de que esa alma oculta siente su amor.” En años recientes, el Vaticano combatió con fervor la idea de que en casos así se permita legalmente en Italia cesar la alimentación e hidratación de comatosos.

La tercera pregunta vino de Irak, donde un grupo de jóvenes cristianos de Bagdad preguntó qué se puede hacer para terminar con la persecución que sufren. “Rezo cada día por el pueblo de Irak”, dijo el Papa, agregando que toda la sociedad iraquí necesita “ser reconstruida a través del diálogo” entre “todos los grupos y las distintas fe”.

En otras respuestas, Benedicto habló del brutal conflicto en Costa de Marfil y de la resurrección. Luego de que se emitiera el programa de la RAI, el Papa celebró la misa de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

Aunque el programa evitó el tema, el Papa pareció aludir lejanamente a la pedofilia al hablar el jueves de la inminente beatificación de su predecesor, Juan Pablo II, al decir que la Iglesia contiene “errores vergonzozos y ejemplos luminosos”.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.