Martes, 14 de junio de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › LA AMIGA DE SOLANGE, ACUSADA POR EL CRIMEN, SE PROCLAMó INOCENTE
La imputada declaró ayer en el primer día del juicio oral por el homicidio de su amiga. Culpó por el hecho a un albañil y a una mucama, pero sin pruebas. También declaró su ex novio, que aludió a un hipotético “trío sexual”.
Por Carlos Rodríguez
Lucila Frend, acusada por el crimen de su amiga Solange Grabenheimer, insistió ayer en proclamar su inocencia, a la vez que desplegó distintas hipótesis –sin aportar pruebas, sólo sospechas– según las cuales, el responsable del hecho podría ser un albañil que trabajaba en una casa vecina al escenario del homicidio, una mucama con la que la víctima se había peleado horas antes del suceso o que se trate de una venganza contra el padre de la joven asesinada. En el inicio del juicio oral y público, el fiscal Alejandro Guevara sostuvo que piensa probar el delito de “homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento”, que le imputa a Frend, mientras que la defensa aseguró que los argumentos de la fiscalía “no alcanzan para quebrar el principio de inocencia” que ampara a su cliente. La prueba más fuerte contra Frend –en caso de ser considerada válida por los jueces– la aportó un perito que dijo en la instrucción que el crimen ocurrió “antes de las 7 de la mañana” del 10 de enero de 2007, cuando la única que estaba en el lugar del hecho era Lucila. Otras pericias señalan horarios más amplios que podrían hacer caer esa prueba.
En su declaración indagatoria, Frend, que compartía con su amiga un PH en Güemes 2280, de Florida, aseguró que “siempre fue una buena relación” la que tenían ambas. Para certificarlo alegó que habían pasado juntas “las fiestas de Navidad y Año Nuevo” y que tenían pensado viajar a Brasil en las vacaciones de 2007. Patricia Lamblot, la madre de Solange, dijo ante los jueces del Tribunal Oral 2 de San Isidro que su hija “ya no quería vivir más con Lucila”. Cuando le pidieron motivos, mencionó discusiones por hechos de poca relevancia: “le usaba la cama, el desodorante y la ropa, y era muy desprolija, dejaba todo tirado y Sol estaba cansada”.
En la causa, además de no haber pruebas directas que involucren a Frend, tampoco está claro el móvil del crimen. En la casa no faltaba nada. No se llevaron la recaudación del día del comercio en el que trabajaba Solange, propiedad de su padre, Roberto “Robbi” Grabenheimer, y tampoco un costoso reloj que la víctima tenía puesto y mucho menos el Peugeot descapotable que estaba estacionado en un garaje cercano. Se descartan el móvil del robo o del abuso sexual, que podría ser atribuible al albañil sospechoso del que habló Lucila. Algunos testigos han dicho en el expediente que la imputada estaba “enamorada” de su amiga y que es un crimen provocado por celos.
Ayer declaró sobre ese punto un ex novio de Lucila que conoció también a la víctima. Pablo Barrera, preguntado sobre el móvil sexual, respondió: “Nunca me imaginé que hubiera una relación homosexual entre ellas”. Lucila había comentado que ellas dos “en broma” habían comentado una vez, delante de Barrera, que un vecino quería armar “un trío sexual” con ellas. Por eso, la imputada consideró que su ex novio albergaba alguna fantasía al respecto. El testigo dijo, ante el tribunal, que no recordaba “haberles propuesto un trío sexual”, pero que “no lo descartaba” como posibilidad. Admitió que, en ese año 2007, estaba pasando una etapa de su vida en la cual no se encontraba “sano psicológicamente”.
Después de romper tras dos años y medio de noviazgo con Lucila, cierta noche, luego de beber y fumar marihuana con Solange, ambos estuvieron a punto de tener relaciones sexuales. “Fue un jugueteo de seducción, un histeriqueo, ni siquiera nos besamos”. Solange le contó a su amiga lo que había pasado y Lucila estalló. Según la imputada y el testigo Barrera, las dos amigas se pusieron de acuerdo para vengarse de él y le rayaron todo el auto, además de pincharle las cuatro ruedas.
Lucila admitió que le escribieron “puto” y otros insultos. Luego habló con su ex para pagarle los daños. Barrera confirmó ese punto y sostuvo que después le dijo a Lucila que “no había deuda”, porque comprendió que “había estado mal con ella y era comprensible que se enojara”. Según el testigo, Lucila “no es violenta, de ninguna manera”, mientras que Solange “era agresiva y tenía un carácter muy fuerte”.
En su relato sobre el día del crimen, Lucila reiteró que se fue de su casa cerca de las 7.30, cuando su amiga dormía. El horario es clave, porque el médico policial que hizo la autopsia aseguró que el crimen ocurrió entre la 1 y las 7 de la mañana, cuando Lucila era la única persona que estaba en la casa con Solange. En cambio, una junta médica sostuvo que el homicidio ocurrió entre las 10 y las 15. Falta saber cuál de las versiones prevalece.
La noche posterior al crimen, las dos amigas tenían que ir al cumpleaños de Valeria Kohan, prima de Solange y amiga de ambas. Como Solange no llegaba, Valeria, Lucila y dos amigas fueron a buscarla al PH de Florida. Lucila, que tenía las llaves de su casa, no entró de inmediato. Esperó a que llegara Santiago Abramovich, el novio de Solange. Los dos, Lucila y Santiago, fueron los que encontraron el cuerpo. Estaba tirado en el piso, al lado de su cama, con “mucha sangre en la espalda”. Lucila dijo que el novio de Solange comentó al ver el cuerpo: “Esto tiene que ver con Robbi”, en alusión a una venganza contra el padre de Solange, que tenía un negocio de autopartes en la calle Warnes.
Lucila admitió que en la casa hubo fiestas que generaron quejas de los vecinos, donde se consumía alcohol y se fumaba marihuana. En una de esas reuniones, “Robbi fue el que los trajo”, dijo en alusión a los porros. A lo largo de su declaración, Frend lloró al menos cinco veces, cada vez que hablaba de la muerte de su amiga.
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