Domingo, 3 de julio de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › LA MINISTRA DE SEGURIDAD EXPLICA EL PLAN CINTURON SUR ANUNCIADO ESTA SEMANA PARA LA CIUDAD
Se niega a hablar de “versiones” y explica que la Policía Federal “se sorprendió”, pero obedeció sin problemas las órdenes del poder político. Las críticas al jefe de Gobierno y al “amarillismo” que alimenta la sensación de inseguridad.
Por Carlos Rodríguez
En una entrevista exclusiva con Página/12, la ministra de Seguridad Nilda Garré defendió el Plan Cinturón Sur anunciado esta semana por el gobierno nacional. “No es un plan improvisado, hemos hablado previamente con mucha gente y las primera repercusiones que recibimos nos dicen que ha sido bien recibido por la gente” que vive en los barrios porteños de La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya, Villa Soldati y Villa Lugano. Esas zonas de ahora en más contarán con la presencia de 2500 gendarmes y prefectos patrullando sus calles. Además de afirmar que Gendarmería y Prefectura tienen “buena imagen” en esa zona de la ciudad, negó que hubiera alguna resistencia dentro de la Policía Federal, que tenía en esos lugares cerca de 1500 efectivos, mil de los cuales serán destinados a otras áreas de la Ciudad de Buenos Aires. “Hubo un poco de sorpresa (en la Federal), pero hay que tener en cuenta que las tres fuerzas de seguridad tienen una organización vertical y la conducción política es del Ministerio de Seguridad.”
Garré sostuvo que el plan de seguridad se cumplirá “en el marco de la ley, el Estado de Derecho y la plena vigencia de los derechos humanos”. Rechazó las críticas a las medidas realizadas por el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, de quien dijo que “no combatió el paco, no urbanizó las villas, no construyó viviendas y tampoco diseñó un plan de seguridad para el sur”. Prometió un firme combate contra las drogas y estimó, ante una pregunta de este diario, que “si algún sector de la Policía Federal hubiera tenido vínculos con sectores del narcotráfico” en el sur porteño, “el ingreso de las otras dos fuerzas va a servir para cortar esos vasos comunicantes”.
–Cuando se piensa en el sur o en las villas, a nivel de seguridad, se instala el estigma de que de allí viene la “inseguridad” para el resto de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Hubo contacto previo con los vecinos para saber su opinión, para saber qué quieren?
–Hubo contacto previo con mucha gente. Esto no es algo improvisado. Evaluamos que, en general, mucha gente pide a la Gendarmería. Hay una buena imagen de la Gendarmería, lo mismo de la Prefectura por el desempeño en la zona de Puerto Madero y en la zona de la comisaría 24, en La Boca, en la ribera. Eso forma parte de su labor específica. Todo hace que la gente las conozca, a Gendarmería y Prefectura, y hay una buena imagen de estas fuerzas. Eso lo certificamos con contactos que mantuvimos previamente con organizaciones sociales y de diverso tipo que hay en estos barrios. Las primeras noticias que tuvimos, desde que se hizo el anuncio, es que hubo una recepción favorable.
–¿Cómo va a ser la interacción entre las tres fuerzas y cómo fue la recepción que tuvo el plan dentro de la Federal? Hubo versiones sobre malestar e incluso sobre la supuesta renuncia del jefe de la policía.
–No voy a hablar sobre versiones, porque es absurdo hacerlo. Hubo ochocientas versiones. Algunas las inventan, otras las deducen. Las tres son organizaciones verticales y, en ese marco, el Ministerio de Seguridad es la conducción política hoy. Es lo que nunca se tenía que haber dejado de ejercer: la autoridad política es del Gobierno porque el Gobierno es el que da las directivas.
–¿Y cuál fue la recepción en la Federal?
–La verdad es que nosotros encontramos un poco de sorpresa, al principio. Eso llevó a la necesidad de explicar la medida, que de ninguna manera es en contra de la policía porque la policía se redistribuye hacia otras comisarías y van a seguir ejerciendo sus funciones. No es un apartamiento de la policía. Es una redistribución más racional porque nos faltaba gente. Dos mil agregamos en los primeros meses de gestión y ahora va a haber 2500 más. Estamos duplicando ese primer aporte de dos mil. Yo creo que lo han entendido bien y están colaborando con todo esto. El operativo se llama Unidad Cinturón Sur porque la idea es mostrar una acción coordinada, con división de tareas pero coordinada, de las tres fuerzas. Más aún, también de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que si bien está muy limitada en su especialización a aeropuertos, va a ayudar inicialmente con algunos efectivos para la elevación de sumarios, donde ellos tienen una experiencia interesante.
–En la zona sur, por el déficit habitacional, la gente es proclive a la ocupación de tierras. ¿Se ha diseñado alguna política para evitar la represión y los hechos de violencia?
–Eso formará parte de las tareas, sobre todo la prevención de todo tipo de delitos, también el de la ocupación de espacio público, Lo que hay que hacer es prevenir que no se produzcan esas situaciones. Cuando se patrulla y se camina, y se habla con la gente, se detectan a tiempo ese tipo de amenaza, ese tipo de riesgo.
–¿Se va a intentar trabajar en conjunto con la Policía Metropolitana? El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, ya salió a criticar el plan para el Cinturón Sur.
–Macri cuestiona todo, porque está puesto como en automático. Tan pronto el gobierno nacional tiene una iniciativa, aunque sea buena, él sale a criticar. No puede de ninguna manera venir a discutir porque él y su partido siempre han pedido más presencia policial en las calles. Cuando tomamos una medida seria, importante, inédita, sale de inmediato al cruce. Hay una intención muy clara del gobierno nacional y de la presidenta de la Nación de reforzar la seguridad en el distrito que Macri gobierna. Y hay que reforzar la seguridad porque él no hizo nada por la zona sur. Macri no urbanizó las villas, no lanzó ningún plan para sacar a los chicos del paco, ese flagelo terrible que los está matando, no hizo nada para construir viviendas. No tomó ninguna de las medidas que mejorarían la situación de conflictividad en la zona sur y lleva cuatro años de gestión. Si él hubiera hecho la gestión que tenía que haber hecho y que el sur necesita, la conflictividad en la zona sería menor.
–Algunos voceros del gobierno porteño avalaron el hecho de la mayor presencia de fuerzas de seguridad en las calles.
–Creo que es una medida que nadie la puede objetar porque es lo que la gente está pidiendo. Además, las fuerzas de seguridad reciben directivas para que actúen en el marco de la ley, el Estado de Derecho y el más absoluto respeto por los derechos humanos. El plan no es invasivo ni autoritario. Todo lo contrario. Vamos a tratar de garantizar una mejor prevención y una más eficiente conjuración del delito en esos lugares. Estamos llevándole tranquilidad a la gente. Después, por supuesto, habrá que hacer muchas otras cosas para reducir la conflictividad en esos lugares. Esperemos que tome nota Mauricio Macri de que el sur existe.
–Uno de los graves problemas en la zona sur es el auge de la droga, sobre todo del paco, que mata a muchos chicos. Los curas villeros, sin oponerse a la despenalización de la marihuana, pidieron una política específica para las villas, sobre el tema de la droga. ¿Cómo se va a tratar el problema desde el punto de vista de la seguridad, teniendo en cuenta que siempre hay sospechas sobre la participación policial en esos negocios?
–No sé si la Federal tiene participación en esos negocios. No puedo asegurar algo que no me consta, pero vamos a perfeccionar las tareas que están vinculadas a la represión del narcotráfico. Es uno de los temas que más nos preocupa e incluso va a ser uno de los motivos más importantes de la gestión. Vamos a hacer mejor inteligencia, mejor patrullaje, medidas que nos permitan resolver con más eficiencia ese tema. Es una de las preocupaciones que tenemos sobre la zona sur, aunque por supuesto, no es sólo esa zona donde hay drogas. La policía tendrá que hacer, en el resto de la ciudad, y en la zona sur lo harán Prefectura y Gendarmería. Será necesario hacer más inteligencia criminal, bien hecha y coordinada entre las fuerzas. Y si existió algún vínculo o algún sector de la Policía que tuvo vinculación con sectores relacionados con el narcotráfico, esta medida de hacer ingresar a otras fuerzas va a resultar útil para romper cualquiera de esos vasos comunicantes si los hubo.
–Si uno ve la televisión, Buenos Aires parece una ciudad que está en manos de los delincuentes. ¿Qué influencia tienen los medios, sobre todo la televisión, para transmitir esa “sensación de inseguridad” que repercute sobre sectores de la comunidad?
–La tasa del delito indica que puede haber habido algún aumento con relación a años anteriores, a épocas en que la Argentina tenía menores niveles de conflictividad. Cuando yo era chica había un policía en la esquina y el delito era barrial, a lo sumo. Ha cambiado el contexto, ha cambiado la naturaleza del delito. Hoy tenemos el tema de la droga, organizaciones muy sofisticadas, de criminalidad compleja, trasnacional. Es una realidad nueva que aumenta cierto nivel de delito, pero igual Buenos Aires y Argentina están muy por debajo de la tasa de delitos de otros países. Si se compara a Buenos Aires con Caracas o Bogotá, Río de Janeiro o San Pablo, no hay ni cómo empezar para hacer una comparación. Nosotros estamos más arriba en lo que hace a la “sensación de inseguridad”.
–Allí aparecen los medios...
–Esto puede estar potenciado por dos fenómenos. Uno son los canales de noticias, que a la noticia policial la repiten muchas veces en el día. A veces por puro amarillismo porque son noticias truculentas y otras veces simplemente porque el canal repite la noticia porque transmite las 24 horas. Esto potencia la sensación de miedo. Y también, hay un libro muy interesante de Gabriel Kessler (Seguridad y Ciudadanía, Siglo XXI Editores) sobre el tema. Allí se dice que tiene influencia en la sensación de inseguridad de los ciudadanos el hecho de que sienten que las policías no los protegen adecuadamente. Uno dice: “Encima que hay delincuentes, no tengo policías que me protejan”.
–Usted dice que hay más confianza en Prefectura y en Gendarmería.
–Son fuerzas nuevas en la zona, lo que no quiere decir que no pueda existir la “tentación” de vincularse al delito. Hace diez días incautamos casi mil kilos de cocaína en Salta y fueron detenidos dos gendarmes. Investigamos y apareció ahora un tercer gendarme. Lo importante, ante un caso así, es tomar medidas muy duras para quebrar toda solidaridad corporativa y escarmentar a los culpables.
–A veces parece que sólo caen algunos eslabones de la cadena, pero nunca los jefes del narcotráfico.
–En esta investigación por la droga en Salta hubo avances muy importantes sobre los que vamos a informar la semana que viene. Si hay una tarea seria y sistemática, si colaboran todas las fuerzas de seguridad nacionales con las provinciales y las de los países limítrofes, se pueden obtener resultados importantes.
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