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El Plan Cinturón Sur, anunciado el martes por la presidenta Cristina Kirchner, tiene como “uno de los ejes, no el único, el de tener más presencia policial en las calles”, porque eso supone “que disuade el delito y, a su vez, la gente, los vecinos, reciben una sensación de mayor protección” y la posibilidad de conjurar delitos “en el momento en el que se pueden estar produciendo”. La ministra de Seguridad, Nilda Garré, al asumir su cargo en diciembre del año pasado anunció al poco tiempo la incorporación de dos mil policías federales al trabajo en la calle. Ahora, 2500 gendarmes y prefectos se ocuparán de la seguridad en los seis barrios del sur de la ciudad, mientras que mil policías dejarán sus puestos allí para ser redistribuidos en otras comisarías de la ciudad.

Garré estimó que algunos de los principales barrios que recibirán un refuerzo policial serán los de Once, Balvanera, Abasto y Liniers. Respecto de Liniers, explicó que las comisarías cubren “una zona que es muy extensa, que abarca 980 manzanas”, mientras que los otros barrios citados “si bien son menores en cuanto a extensión, tienen mucha conflictividad porque hay una alta tasa de delitos”.

–En Liniers se suma el hecho de ser frontera con la provincia de Buenos Aires y es necesario coordinar jurisdicciones.

–Hay que aprovechar una experiencia que se hizo del otro lado de la General Paz, porque la Gendarmería está colaborando en esa zona. Las características de la conflictividad son similares, de manera que es útil la experiencia que esa fuerza ya empezó a tomar del otro lado. Hay que aprovechar eso, igual que lo que ocurre con la Prefectura en la zona de la ribera. Por eso, las comisarías que ahora se le asignan a Prefectura son ribereñas.

En las seis comisarías del sur, donde ahora estarán los prefectos y los gendarmes, había “1460 efectivos policiales. Ahora, entre 300 y 400 se van a quedar en esas comisarías para tareas administrativas y entre 1000 y 1100 van a ser redistribuidos en el resto de la ciudad de Buenos Aires”. También se piensa pedir apoyo a la Policía de Seguridad Aeroportuaria, sin sacarla de los aeropuertos, para que contribuyan en tareas como la elevación de causas a juicio.