SOCIEDAD › CON UNA BIBLIA Y DOS ROSARIOS, CONZI PROFETIZO DESGRACIAS
“Dios castigará a quienes me acusan”
El empresario acusado del asesinato de un joven a sangre fría enfrentará mañana el cargo de “homicidio simple”. Queda la incógnita si tuvo apoyo de la SIDE durante sus días de prófugo.
Por Carlos Rodríguez
Compenetrado con su imagen de predicador delirante, Horacio Conzi pidió un ejemplar de la Biblia y dos rosarios que lo acompañan en su lugar de detención. En una fugaz aparición pública recibió insultos y acusaciones de viva voz por el homicidio del joven Marcos Schenone. El ex prófugo inalcanzable respondió con un arrebato místico: “Dios castigará a quienes me quieren acusar”, dijo con la prensa de testigo. Más allá de posturas y de la realidad de una personalidad tumultuosa, Conzi enfrentará mañana –hoy será trasladado de Mar del Plata a San Isidro– una sólida acusación que lo tiene en la antesala de una prisión preventiva por “homicidio simple”, delito que se pena con hasta 25 años de prisión. El abogado de Conzi, Fernando Burlando, anticipó que su pupilo “va a declarar” ante los fiscales de San Isidro y aseguró que su estrategia “no busca demostrar que es inimputable sino que es inocente”. A pesar de los tibios desmentidos oficiales, ahora se investiga la red de complicidades, con supuestas conexiones con organismos de inteligencia, que le permitieron a Conzi mantenerse 57 días lejos de los sabuesos que lo buscaban.
Ayer se supo que Conzi había llegado el 2 de marzo al departamento del tercer piso “D” de Alberti 67, en Mar del Plata, que fue su último refugio en la clandestinidad y donde ayer se realizó un operativo a cargo de personal de la Delegación Departamental de Investigaciones de San Isidro (DDI), que es la dependencia que venía buscando a Conzi infructuosamente desde hacía casi dos meses (ver aparte). Lucía Georgetti, propietaria del departamento que alquilaba Conzi, informó que lo había visto llegar “acompañado por una mujer rubia” y en un rodado de color rojo, tipo Land Rover. El dato confirma lo que había publicado Página/12 el 6 de febrero pasado, en el sentido que su única acompañante era una mujer que le hacía las compras y se encargaba de las comunicaciones, a través de Internet. En el departamento encontraron una PC y ropa de mujer.
Tal vez por ansiedad, o por creer que la impunidad nunca se iba a quebrar, Conzi comenzó a usar el celular que había adquirido para él en un supermercado. Una llamada que recibió de su amigo Antonio Claudio Papasidero, “Tony”, quien se adjudicaba conexiones con el segundo de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), lo dejó al descubierto. ¿Fue un error de Tony? Parece difícil porque él había sido uno de los que planificó la fuga permanente. Ayer, el abogado Burlando dijo que el ex prófugo hizo llamadas porque “quería aparecer”, es decir entregarse. Algunos dicen que estaba “virtualmente quebrado” y otros agregan que “la red de protección se cayó por la presión conjunta del gobierno nacional y del gobierno de Buenos Aires”, que querían poner fin a lo que se había convertido en un papelón para las fuerzas de seguridad, sobre todo después de la entrevista de Conzi con un periodista de Télam.
El 18 de enero pasado, en Dallas, una empleada había recibido la orden de comprar dos celulares en una sucursal de Unicenter. La idea era que se los llevara Horacio Conzi. Uno de ellos sería el que encontraron en su poder. Los datos contradictorios no permiten saber si se quería entregar o si fue un error inducido por el corte que sufrió la “protección” al fugitivo. Una fuente dijo que Conzi hizo varios llamados a dos números fijos, uno del barrio de Saavedra, en la Capital Federal, y el otro de Martínez. Están a nombre de dos mujeres, de apellidos Vidal y Resek. Esas llamadas fueron realizadas hacia el 20 de enero para reclamar el envío de unas llaves para un departamento en Mar del Plata. Se ignora si era el lugar en el que finalmente fue encontrado.
En Mar del Plata Conzi tenía un documento de identidad a nombre de Ignacio Martínez. La foto del ex prófugo estaba pegada toscamente sobre la del dueño original. También llevaba un carnet de conductor a nombre de Alfredo Roca. Ayer Conzi fue sacado de su lugar de detención, en la delegación Mar del Plata de la Federal, para que declarara ante el juez federal Daniel Vázquez, quien interviene en la causa por falsificación del DNI. Un juez de Garantías, Raúl Paolini, actúa en relación con lafalsificación del carnet. Conzi se negó a declarar pero vio la luz del sol, ya que lo sacaron a la calle con el rostro descubierto y chaleco antibalas. Fue insultado por los transeúntes, que le gritaron “asesino hijo de puta”. Respondió anunciando castigos divinos para los que lo acusan. Según su abogado, Conzi “se sintió aliviado” por la detención ya que “vivir como prófugo es algo que presiona y genera angustia”.
El comisario René Derecho, jefe de la división Análisis Delictivo de la Federal, confirmó ayer a Página/12 que Conzi será trasladado hoy a la subcomisaría de Vicente López, en Maipú al 1600, desde donde será llevado luego a los tribunales de San Isidro para declarar ante los fiscales Mario Kohan y Hernán Collantes. El traslado se hará a primera hora. Ayer, el titular de la SIDE, Miguel Angel Toma, negó que el presidente Eduardo Duhalde los hubiera intimado a poner fin a la larga fuga y consideró que los periodistas tienen “mucha imaginación”. Sin embargo, el enojo del titular del Ejecutivo existió y estuvo dirigido al organismo que depende en forma directa de la Presidencia de la Nación.
La primera dama, Hilda “Chiche” Duhalde, dijo que le “alarma que se busquen interpretaciones que no parecen acertadas”, referidas a la supuesta intervención de la SIDE en la cobertura de la larga fuga de Conzi. “Las personas como Conzi tienen tanto dinero y relaciones que seguramente pudo ser amparado por sus propios amigos.” Tony Papasidero, uno de los gerentes de Dallas, el restaurante de los hermanos Horacio y Hugo Conzi, dijo ser amigo del segundo de la SIDE, Oscar Rodríguez. Seguramente ahora habrá que investigar con quienes se comunicó Tony durante todo este tiempo y eso es fácil de hacer, si hay voluntad política.