Jueves, 29 de diciembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EL GOBIERNO PORTEñO SACó A LOS MANTEROS, PERO DESPUéS VOLVIERON
Un operativo sorpresivo de inspectores porteños desalojó a los vendedores ambulantes de la peatonal. Hubo forcejeos e insultos y se labraron actas de infracción. Pero después del mediodía, los manteros volvieron y se quedaron toda la tarde.
Personal del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño realizó ayer por la mañana un operativo en la calle Florida con el propósito de desalojar a los denominados “manteros”. A eso de las 10, inspectores identificados con chalecos verdes llegaron al lugar y “labraron actas de infracción a los vendedores ambulantes”. Entre insultos y forcejeos, los vendedores se fueron. Pero por la tarde regresaron y los puestos volvieron a instalarse en la peatonal porteña. A esa hora ya no había inspectores.
Según explicó Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, “quince inspectores del gobierno porteño actuaron para prevenir la venta ilegal en la calle Florida”. Asimismo, remarcó que “la gente tiene derecho a hacer sus compras en los negocios que pagan los impuestos y así los peatones poder caminar sin obstáculos”.
El funcionario porteño también advirtió que cuando se decomisa mercadería es “increíble que al otro día de los secuestros haya la misma cantidad de venta en Florida que el día anterior al operativo”. Y agregó que “esto implica que hay una organización muy poderosa y grande que provee, que genera y que está dando mercadería y que, en muchos casos, no es una situación de mera subsistencia, como se plantea muchas veces”, señaló.
En este sentido, Santilli evaluó que “hay que diferenciar al artesano del revendedor, que vende mercadería adulterada. No podemos permitir organizaciones o mafias”. Además, desde el gobierno porteño aclararon que “la mercadería no fue decomisada, sino que sólo se labraron actas de infracción”.
Por su parte, los vendedores ambulantes comentaron que “fueron tomados de sorpresa” y denunciaron que además de las actas que elevaban los inspectores “se procedía al decomiso de la mercadería”, por lo que “exigieron que se la devuelvan”. Al ver lo que estaba ocurriendo, muchos vendedores ambulantes “guardaron sus productos y mercadería inmediatamente” y trataron de “huir del lugar” para no sufrir, como sus vecinos, el secuestro.
En horas de la tarde, las 700 mantas que temprano habían desaparecido volvieron a desplegar sus productos a lo largo de la calle Florida y Viamonte –una de las esquinas más concurridas de la peatonal porteña–. Polleras, camisas, anteojos de sol, botas, accesorios, juguetes y artesanías de todo tamaño, forma y color volvían a rellenar cada rincón de aquel lugar.
En diálogo con Página/12, Julio Pereyra, referente de Vendedores Libres –organización que forma parte del movimiento social Francisco Jofré–, explicó que “éste fue un operativo fantasma”. Según Pereyra, “luego de unos instantes de diversos forcejeos e insultos los inspectores porteños se retiraron de Florida y Viamonte”.
Asimismo, opinó que “el Estado se tiene que hacer presente para promover el trabajo, no para prohibirlo”, porque la tarea de los manteros consiste en “llevar el sustento a sus hogares, todos los días, como sucede con cualquier otro trabajo”. Además, advirtió que “las autoridades porteñas tienen todos los instrumentos para divisar a la gente que comete delitos, ya que de ninguna manera somos delincuentes”, señaló.
También aseguró que lo que hizo ayer la Dirección de Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, tras el reclamo por parte de los comerciantes de la zona, “fomenta la privatización del espacio público, para que sólo unos pocos puedan tener un trabajo digno”. Así es que los vendedores ambulantes van “a seguir tirando un paño en la calle para ganarse la vida, como lo hacen desde hace años”, sintetizó Pereyra.
Informe: Sabrina Améndola.
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