La Cámara de Senadores, por unanimidad, dio media sanción a un proyecto para poner fin al avenimiento: esta figura del Código Penal permitió el asesinato de Carla Figueroa, en diciembre pasado, por el hombre que la había violado y que, una semana después de quedar en libertad para convivir con ella, la mató a puñaladas. Desde hacía tiempo, la derogación del avenimiento era requerida por organismos internacionales, ya que contradice convenciones ratificadas por la Argentina. Además, los senadores se comprometieron a examinar en los próximos meses una ley que agrave las penas para los casos de femicidio. Y varios de ellos, de distintas bancadas, exaltaron la reciente decisión de la Corte Suprema que despenalizó el aborto para una víctima de violación. La abolición del avenimiento, para concretarse, depende ahora de que la Cámara de Diputados confirme la media sanción obtenida ayer.

La ley modifica el artículo 132 del Código Penal, referido al delito de abuso sexual, en cuanto permite que la víctima “si fuere mayor de 16 años, podrá proponer un avenimiento con el imputado. El Tribunal podrá excepcionalmente aceptar la propuesta que haya sido libremente formulada y en condiciones de plena igualdad. En tal caso la acción penal quedará extinguida”. Este texto fue establecido en 1999 en reemplazo de otro quizá peor, que databa de 1921 y por el cual “en los casos de violación, estupro, rapto o abuso deshonesto de una mujer soltera, quedará exento de pena el delincuente si se casare con la ofendida, prestando ella su consentimiento, después de restituida a casa de sus padres o a otro lugar seguro”. La supresión del avenimiento sólo tendrá fuerza de ley cuando sea aprobada también por la Cámara de Diputados.

La votación en el recinto –unánime, con 51 senadores de distintas bancadas– tuvo lugar después de que la Comisión de Justicia y Asuntos Penales consideró los proyectos de Sonia Escudero (Peronismo Federal, Salta), Daniel Filmus (Frente para la Victoria, Ciudad Autónoma), Ada Iturrez de Cappelini (Frente para la Victoria, Santiago del Estero), Marina Riofrío (Frente para la Victoria, San Juan), Ana María Corradi de Beltrán (Frente para la Victoria, Santiago del Estero), Graciela Di Perna (Bloque Trabajo y Dignidad, Chubut) y Ernesto Sanz (Partido Radical, Mendoza).

El senador Filmus comentó a este diario que “el denominado avenimiento siempre se produce bajo condiciones de presión. Hay que tomar en cuenta que los abusos sexuales previos a estos avenimientos son generalmente producidos por la pareja, un familiar o un allegado y las víctimas están en situación que las torna fáciles de presionar”. Los fundamentos del proyecto presentado por Filmus advierten que el avenimiento produce en realidad una “revictimización. ¿Cómo puede pensarse que una persona que ha sido sometida sexualmente pueda adoptar decisiones en situación de igualdad y plenamente libre frente a su agresor? ¿Cómo considerar que ello es posible cuando, además, la unen a él lazos afectivos preexistentes?”. Filmus, además, respaldó en el recinto la decisión de la Corte Suprema que, en el caso de una adolescente, despenalizó el aborto en caso de violación. También lo hicieron los senadores Giustiniani (Frente Amplio Progresista, Chaco), Aníbal Fernández (Frente para la Victoria, bonaerense), Elena Corregido (Frente para la Victoria, Chaco) y Norma Morandini (Frente Amplio Progresista, Córdoba).

La senadora Sonia Escudero había presentado su proyecto el 12 de octubre de 2011, es decir, casi dos meses antes del asesinato de Carla Figueroa. Ayer explicó a este diario que “lo presenté en relación con reclamos formulados por la Cedaw (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de Naciones Unidas) sobre el avenimiento, que contradice convenciones internacionales ratificadas y aun nuestra Ley de Erradicación de la Violencia contra las Mujeres”.

A propuesta del senador Sanz, el cuerpo acordó en avanzar en una legislación que considere el femicidio –es decir, el crimen contra una mujer cometido por el hecho de ser mujer, en el marco de la violencia de género– como agravante de las penas.