Azul sigue bajo estado de “emergencia” y sus escuelas, con las clases suspendidas por las lluvias del último viernes, que generaron la inundación que ya es considerada “la segunda en la historia” de la comuna por su volumen e intensidad. El agua baja lentamente, pero de todos modos, informó el intendente José Inza, ayer ya estaban regresando a sus hogares muchos de los “entre mil y mil quinientos vecinos (que) se autoevacuaron cuando sucedió la subida”. Por otra parte, el gobierno provincial anunció la expropiación de tierras en Carlos Casares.

En el centro de la provincia, el viernes cayeron más de 250 milímetros de agua, lo que provocó el desborde de arroyos, inundaciones en el casco urbano de Azul y anegamientos en campos de Carlos Casares, Pehuajó y Bolívar. En la zona urbana de Azul, explicó el intendente Inza, “el agua afectó más duramente a los barrios más humildes, donde entre mil y mil quinientas personas abandonaron sus hogares durante la inundación”. Además, el municipio “evacuó a veinte familias que fueron instaladas provisionalmente en un jardín de infantes”.

Ayer, dijo Inza, el arroyo volvió a su cauce natural, con lo que no se anegaba el casco urbano, “y eso permite que muchas familias comiencen el regreso a sus hogares”. Sin embargo, “el agua produjo muchos daños materiales en las casas y eso se siente más profundamente en los hogares humildes, a los que les cuesta más reponer un electrodoméstico o un mueble, por eso estamos trabajando para ayudar en la reposición de esas pérdidas”.

La inundación también perjudicó a cuatro establecimientos escolares de las zonas más castigadas, por lo que el consejo escolar suspendió las clases allí. La medida, dijo Inza, tendrá validez “hasta que se subsane la emergencia”.

La situación del centro de la provincia fue analizada ayer por el gobernador Daniel Scioli en reunión de gabinete, tras la cual el funcionario advirtió que “aunque las aguas habían descendido durante el fin de semana, había posibilidades de que vuelvan estas lluvias intensas”.

Para ayudar a las zonas afectadas, dijo Scioli, “se dispuso rápidamente la maquinaria vial necesaria”. El gobernador analizó especialmente la situación de Bellocq, un pueblo de 600 habitantes del partido de Carlos Casares, en el que los habitantes quedaron incomunicados porque el agua bloqueó todos sus accesos. El ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía, aseguró que en el pueblo se había “superado el momento de mayor tensión hídrica” y que se expropiará “por la fuerza pública” ocho hectáreas de un campo de 500 “para realizar una canalización de dos kilómetros adicionales para terminar de resolver el problema del drenaje”.