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La rotura de un caño de agua en el segundo piso de la Legislatura porteña causó graves daños al patrimonio cultural de esa casa, ya que la Biblioteca –una de las más completas y prestigiosas del país– fue la más perjudicada por el episodio. “Hasta el momento hemos evacuado unos ocho mil ejemplares de la planta baja y estimamos que en el primer piso de la Biblioteca hay unos tres mil libros mojados. Ahora tenemos que determinar cuáles podemos recuperar y cuáles sufrieron daños irreversibles”, señaló la directora de la Biblioteca, María Eugenia Villa.

Aceptó la transfusión Un joven de 19 años aceptó ser transfundido después de sufrir un grave accidente de tránsito, en cercanías de Neuquén, tras oponerse a la voluntad de su madre, que se negaba al procedimiento por ser testigo de Jehová. El subcomisario de la División Tránsito de la policía de Centenario, Daniel Asselborn, informó que “la madre del chico se negó a que le hicieran una transfusión de sangre por sus creencias religiosas, pero como su hijo estaba consciente autorizó que se la hicieran, al señalar que la vida era su prioridad”.