Martes, 24 de julio de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › UNAS OCHOCIENTAS MIL PERSONAS EN EL PAíS PADECEN EL MAL SIN SABERLO
Harán análisis de sangre gratuitos, habrá jornadas educativas y de prevención y actividades en lugares públicos de varias ciudades del país. La campaña busca detectar la enfermedad en personas en las que se mantiene asintomática.
Hospitales públicos y otros centros de salud de todo el país realizarán en forma gratuita extracciones de sangre para determinar los virus de las hepatitis B y C, una enfermedad asintomática que puede afectar a una persona durante décadas sin saberlo y que en Argentina se estima que padecen unas 800 mil personas, según informó la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (Aaeeh). En el marco de la Semana de la Hepatitis, también se realizarán jornadas educativas y de prevención que se extenderán hasta el mes de octubre en hospitales, universidades y lugares públicos de la ciudad, el conurbano bonaerense y las ciudades de Rosario y Santa Fe. En tanto, el próximo sábado 28 de julio –día en que se conmemora el Día Mundial de las Hepatitis Virales– se llevará a cabo en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires un evento público, donde el Ministerio de Salud de la Nación aplicará en forma gratuita 100 dosis de vacunas contra la hepatitis B y la Aaeeh, junto al Instituto Malbrán, realizará extracciones de sangre gratuitas.
Los hospitales de la ciudad de Buenos Aires que participan en la campaña son el Italiano, Británico, de Clínicas, Argerich, Muñiz y de Gastroenterología, así como la Universidad Maimónides. En la provincia de Buenos Aires, participan el Hospital Posadas y el Ministerio de Salud provincial. En Rosario, Plaza Pringles, Plaza Montenegro, el Centro Cultural Bernardino Rivadavia y los centros de Salud de esa ciudad y de la provincia de Santa Fe. El cronograma de actividades completo se puede consultar en la web: www.aaeeh.org.ar. Además, el encuentro por el Día Mundial de las Hepatitis Virales será transmitido en simultáneo con 200 países del planeta para el Libro Guinness de Records, con la mayor cantidad de gente reunida para luchar contra una enfermedad.
Las hepatitis B y C –dos epidemias silenciosas que afectan al dos por ciento de la población mundial– se pueden prevenir y potencialmente erradicar si se detectan a tiempo y se las trata convenientemente. En Argentina se estima que “240 mil personas tienen riesgo potencial de ser portadores de cirrosis hepática”, enfermedad que puede llevar a la necesidad de un transplante de hígado. El presidente de la Aaeeh, Carlos Guma, quien además es jefe de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Eva Perón, explicó que “la hepatitis es una inflamación del hígado provocada por muy diversas causas, de las cuales las más frecuentes son los virus, el alcohol y los medicamentos”.
Existen desde hace años en el país vacunas para prevenir la A y B, en tanto el diagnóstico para el virus de la B y la C es tan simple como hacer la prueba en una muestra de sangre. Según la asociación que preside Guma, esas fuentes de contagio son: “sangre infectada a través de transfusiones, de agujas (drogadicción intravenosa) o de material no descartable o mal esterilizado para tatuajes o acupuntura. Mientras que el virus B, y en menor medida el C, se contagian frecuentemente por vía sexual”, se informó desde la Aaeeh.
En diálogo con Página/12, Adrián Gadano, jefe de Sección de Hepatología del Hospital Italiano de Buenos Aires, señaló que “la mayoría de los pacientes que pueden estar afectados por hepatitis crónicas B y C no presentan síntomas y desconocen estar infectados”. “Estas enfermedades producidas por los virus VHB y VHC que dañan el hígado de manera silenciosa y progresiva, pueden llegar a complicaciones graves, potencialmente mortales si no son detectadas y tratadas a tiempo, como por ejemplo, una cirrosis descompensada o cáncer de hígado”, añadió.
“La hepatitis A es un tipo agudo de esta enfermedad, que mayoritariamente afecta a los niños. En cambio, los virus de las hepatitis B y C pasan a la cronicidad a través de una serie de partículas infecciosas en la sangre”, afirmó Gadano. “Las hepatitis B y C son curables, por eso es muy importante su detección temprana –que se da generalmente de forma casual–, porque permite que el paciente se cure en su totalidad la mayoría de veces”, agregó.
Por su parte, Eduardo Pérez Pegué, referente de la Fundación HCV Sin Fronteras –que trabaja en la difusión y prevención de la hepatitis C–, dijo a este diario: “Padecí hepatitis C hace diez años, fue una enfermedad silenciosa que tuve durante 20 años, pero con el adecuado tratamiento médico logré erradicar el virus en la sangre. Pude curarme, por eso creo relevante concientizar a la población que sólo a través de un análisis de sangre puede detectar y curar esta enfermedad y así disfrutar de una mejor calidad de vida”.
Informe: Sabrina Améndola
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