Para el abogado defensor de Susana Freydoz, su clienta sufrió el “privilegio negativo” de los jueces que la condenaron a 18 años de prisión por matar a su marido, Carlos Soria. “Sufrió una vez más ser la esposa del gobernador y quedó evidenciado en el fallo, porque hubo una necesidad imperiosa de los jueces de indicar el dolor del pueblo rionegrino”, dijo Alberto Riccheri, quien confirmó ayer que apelará la sentencia ante la Cámara de Casación Penal. “El tribunal ante la duda condena, cuando la Constitución habla de que ante la duda se absuelve”, agregó el letrado. La violación de este principio, conocido como in dubio pro reo, y una serie de elementos que a su entender “reflejan una toma de postura previa del tribunal” serán las línea centrales de su apelación”, adelantó.

Tras le lectura del fallo condenatorio, que terminó en las primeras horas de ayer, Riccheri hizo una serie de consideraciones ante los periodistas presentes, a quienes primero advirtió: “Si opino sobre el fallo voy a ser acusado de desacato”. Luego sostuvo que el fallo de los jueces Carlos Gauna Kroeger, Fernando Sánchez Freytes y Silvina García Balduini fue “excesivo” porque hubo un tratamiento “poco garantista” del caso: “Acá la duda jugó a favor del Ministerio Público (Fiscal) y no a favor de la defensa. Construyeron certezas con datos banales”.

Más tarde, en diálogo con Página/12, Riccheri repasó los elementos que demostrarían que la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca tenía una postura tomada antes de evaluar. Mencionó el artículo 22 de la Constitución de Río Negro, que establece que la declaración de un imputado no puede ser usada en su contra, salvo que sea prestada en presencia del juez de la causa y su defensor. Freydoz no declaró en el juicio, pero sí habló con los peritos psiquiatras y este defensor entiende que se utilizaron esos peritajes en contra de la acusada.

“Hubo un análisis sesgado de la prueba. Tomaron como válidas algunas declaraciones de los hijos del matrimonio y otras no, diciendo que eran mendaces. Los testimonios tienen que ser abordados integralmente, no cuando conviene”, dijo el defensor. De esta manera, se refirió al voto de García Balduini, quien por un lado descree de la versión de lo que ocurrió en los momentos previos al disparo en la chacra Paso Córdoba, la madrugada del 1º de enero, y luego incorpora declaraciones de esta testigo, quien afirmó que se trató “de una pelea más”. Este marco de normalidad fue utilizado para rechazar atenuantes como la emoción violenta.

Riccheri estimó que hay nulidades sobre la autopsia que no fueron tomadas en cuenta y un peritaje de parte que indica que Soria tenía los ojos abiertos al momento de recibir el disparo, cuando tanto la fiscal Laura Pérez como la jueza García Balduini lo pusieron en duda, aunque no fue incluido el agravante por alevosía. Otro tema fue la mención del magnicidio que hizo esta magistrada para quien, “salvando las distancias”, este caso cuadra con esa figura, ya que Soria fue “recientemente elegido por una gran mayoría del pueblo, que había depositado sus esperanzas”.

Otra alusión aparece en el voto de Sánchez Freytes, quien tuvo en cuenta como agravante el daño causado “pues la imputada acabó no sólo con la vida de su marido, sino también con la figura de padre de cuatro hijos, de abuelo de tres nietos y de gobernador de todos los rionegrinos”.

Por otra parte, el defensor explicó que Freydoz tiene ahora prisión preventiva, ya que antes estaba internada solo por el riesgo de que se suicidara, pero ahora los jueces consideraron que también hay peligro de fuga. Los jueces sostuvieron que debe seguir internada, pero “van a abrir un incidente para discutir si la mantienen” en el hospital de Cipolletti. “Que se hagan cargo si la pasan a una cárcel común”, advirtió Riccheri.

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