SOCIEDAD › MESA REDONDA SOBRE “EMBARAZO NO OPORTUNO”

Adolescentes y aborto

Profesionales del Hospital Argerich, que practican abortos no punibles y asesoran sobre abortos medicamentosos, dicen que acompañar esas decisiones no trae problemas a los médicos.

Pediatras de todo el país asistieron a la mesa redonda sobre “embarazo no ‘oportuno’”, como se denomina en círculos médicos a las gestaciones ocurridas sin mediar planificación y en contextos desfavorables, ayer, en el 8º Congreso Argentino de Salud Integral del Adolescente. El embarazo adolescente “es una realidad sanitaria del país, no podemos obviarlo en un congreso”, explicó en diálogo con este diario Patricia Goddard, integrante de la Sociedad Argentina de Pediatría y presidenta del comité organizador del encuentro. La mortalidad materna es, recordó, todavía la primera causa de muerte entre mujeres. Por ello, y porque los congresos médicos “son espacios que sirven para buscar estrategias”, dijo Goddard, es que una abogada y dos pediatras que trabajan en el servicio de adolescencia del Hospital Argerich expusieron en la mesa interdisciplinaria “El embarazo ‘no oportuno’: respuesta del equipo de salud”, en el que estuvo presente el tema del aborto no punible.

“Antiguamente se hablaba de ‘embarazo no deseado’, pero no todos son no deseados. Sí es no oportuno porque irrumpe en un momento en que los caminos que transita el adolescente van en otro sentido. Por eso nos referimos a que el embarazo es ‘no oportuno’ en el marco del desarrollo de ese adolescente. Y lo que se aborda es cómo se orienta a un adolescente que se acerca a un servicio” de salud con una gestación “no oportuna” en curso, explicó Goddard.

En la mesa redonda de ayer, confluyeron las experiencias de la abogada Mercedes Cavallo (Asociación por los Derechos Civiles) y las pediatras Sandra Vázquez y Paula Real, ambas del servicio de adolescencia del Hospital Argerich, quienes compartieron observaciones hechas en el día a día de la atención y las pacientes.

Cavallo subrayó la perspectiva de los derechos de niñas, niños y adolescentes, al definirlos como “capacitados para ejercer sus derechos por sí mismos”, sin necesidad de que alguien los tutele porque, legalmente, pueden decidir sobre “actos lícitos”. Los adolescentes “entre catorce y dieciocho años son reputados con discernimiento” para decidir sobre sí mismos y por lo tanto no necesitan la autorización de sus padres para decidir someterse a un aborto no punible. Al repasar el marco legal en el país, la vigencia del protocolo de atención de abortos no punibles redactado por el Ministerio de Salud de la Nación y la particular situación de la ciudad de Buenos Aires (donde por orden judicial perdió vigencia el protocolo restrictivo dictado por el ex ministro Jorge Lemus), enfatizó también que “no hay conflicto entre la patria potestad y los derechos” de los jóvenes, porque ese ejercicio de autoridad sobre ellos “es un instrumento y no un fin en sí”.

A su turno, la pediatra Vázquez desarrolló los fundamentos del “modelo de reducción de riesgos y daños en aborto inseguro”, planteado sobre una base fáctica: quien ha decidido interrumpir un embarazo, lo hará del modo que sea posible; cuanto más informada esté esa adolescente, menos riesgos habrá para su salud. La idea del enfoque de reducción de riesgos y daños es “que tengan acceso a información y educación para que tomen decisiones”. Desde la perspectiva de la práctica clínica cotidiana, Vázquez respondió durante su exposición algo que, de todos modos, surgiría minutos después durante las preguntas del público (compuesto en abrumadora mayoría por mujeres): “Hablar de aborto, informar no es ilegal. Todo lo contrario: es una obligación nuestra. “Así como en el caso de las drogas aconsejar los modos menos riesgosos posibles para que quien consume esté en control de la situación y se preserve, en el caso del embarazo inoportuno “es obligatorio”, y aún más: “Está probado que esta política de reducción de daños tiene alto impacto en la tasa de morbimortalidad”.

Al Servicio de Adolescencia del Hospital Argerich, que practica abortos no punibles y asesora sobre abortos medicamentosos pero sin recetar ni facilitar misoprostol, las chicas llegan acompañadas por sus padres, que apoyan la decisión, señaló la pediatra Paula Real, quien repasó algunos datos de la experiencia que se lleva adelante en ese centro médico. La práctica, dijo, les demostró que asistir y acompañar estas decisiones “no trae complicaciones” para los profesionales de la salud, y que cuando se presentan dificultades suele ser por “capacitación insuficiente” de los médicos o “desconocimiento” de sus obligaciones. Por ello, el desafío es “la actividad de sensibilización con los médicos”, para que pierdan el temor y logren “ayudar para que las pacientes decidan de manera libre, informada y responsable”.

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El embarazo adolescente “es una realidad sanitaria del país”, dice Patricia Goddard (izquierda).
Imagen: Pablo Piovano
 

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