Desde Santiago

Las quejas de las autoridades y pobladores de las regiones afectadas por los últimos terremotos registrados en el norte de Chile ante la demora de la llegada de ayuda obligó al gobierno de Michelle Bachelet a acelerar el ritmo, por más que la opinión de su labor en esta catástrofe haya sido evaluada positivamente por la ciudadanía, contrariamente a lo acontecido en el megasismo de febrero de 2010. En este escenario, la presidenta socialista lideró ayer una extensa reunión con sus ministros para mejorar las estrategias de socorro y la normalización de las regiones golpeadas por los movimientos telúricos de 8,2 y 7,6 grados Richter.

En la víspera, los ministros de Defensa, Jorge Burgos, y de Interior, Rodrigo Peñailillo, recorrieron intensamente la zona afectada y entregaron un informe con las principales observaciones de los efectos de la catástrofe, que marcó el eje de las acciones a seguir.

Al término de la cita en La Moneda, el ministro Alvaro Elizalde acotó que las ayudas se focalizarán en educación, economía, reconstrucción, recuperación de fuentes laborales, salud y agricultura. Para ello, el gobierno destinará, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, 1600 millones de pesos (el dólar cerró ayer en Chile a 545 pesos) para financiar programas de recuperación en las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá.

“El gobierno dispondrá de todos los recursos necesarios para la reconstrucción. La presidenta nos ha pedido no descansar en ese esfuerzo y no perder conciencia de que son muchos los que están sufriendo las consecuencias de la catástrofe”, dijo al tiempo que recordó que el sismo “ha afectado la economía, la infraestructura y la vida cotidiana de las personas, de ahí la importancia de la ayuda”.

Hasta ahora, el gobierno avanzó en reponer servicios básicos, despejar vías, activar las telecomunicaciones e impulsó las tareas de reconstrucción en la zona. Otra de las prioridades es el reestablecimiento de los institutos educacionales y la situación de los pescadores artesanales, para lo cual el Ministerio de Economía está trabajando en la creación de un proyecto de ley que vaya en ayuda de los pescadores y dueños de embarcaciones dañadas, que suman cerca de 400 personas.

“Se va a proceder a la evaluación de todos los establecimientos y se construirán modulares en aquellos cuya infraestructura no está habilitada”, dijo, y añadió que “ningún niño o niña va a volver a clases si no existen las condiciones para que puedan llevarse a cabo bajo condiciones de seguridad”.

Ayer retornaron a clases los estudiantes de las regiones de Arica, Parinacota y Antofagasta y hoy está previsto que lo hagan los alumnos de la región de Tarapacá.

Sin embargo, no todos los establecimientos están en condiciones de recibir a los estudiantes, debido a los daños que sufrieron producto del sismo. El ministro vocero de Gobierno, Alvaro Elizalde, informó que se evaluarán todos los establecimientos educacionales de la zona y que en aquellos cuya infraestructura no esté habilitada se construirán recintos modulares.

Respecto de la pérdida de clases a causa del terremoto, sostuvo que “no se van a perder días de clases”, ya que “de ser necesario, se va a reordenar el calendario del año escolar”.

En cuanto al problema sanitario, se indicó que los Centros de Salud Familiar están trabajando en turnos de 24 horas para atender la demanda, que el hospital de Iquique aún tiene daños, pero recuperó dos de sus pabellones, y que hay dos hospitales de campaña funcionando en la zona. La ministra Helia Molina viajará mañana al lugar para impulsar la “vacunación y prevención de la influenza”.