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El caso es extraño empezando por el final y terminando por el principio. Así, al revés de como fue la historia real. Dos madres cayeron con sus tres hijos (dos primos de 16 años, y un hermanito de uno de ellos, de 10) de la mano en la comisaría 4ª de Mar del Plata, ayer a las siete menos cuarto de la mañana. Se presentaron para denunciar un crimen. El de Miguel Carlos Angola, de 49 años, candidato a primer concejal suplente en la lista del actual intendente radical Daniel Katz, y peluquero. El crimen había ocurrido el domingo a la madrugada en la casa del peluquero-candidato. Las mujeres tenían una notable precisión sobre el hecho por una sencilla razón: con la denuncia entregaron a los autores, a la sazón, sus hijos.
Tras la denuncia, la policía concurrió a la vivienda de Angola, en Constitución 8020, barrio López de Gomara, y allí comprobaron que el relato de las mujeres era cierto. Angola se encontraba semidesnudo (vestía sólo un slip) en un pasillo, tenía las muñecas atadas y el cráneo destrozado aparentemente con un revólver calibre 22, que fue encontrado en el lugar. Los primeros datos indicaban que el arma pertenecía al dueño de casa. La vivienda estaba en completo desorden, lo que oficialmente justificó la hipótesis del intento de robo.
“¿Usted conoció alguna vez un homicidio donde los delincuentes dejan el arma, le cuentan la historia a sus madres y éstas denuncian el crimen y entregan a sus hijos?”, preguntó un investigador a Página/12. Para colmo, la puerta de la casa de Angola tenía la cerradura en perfectas condiciones, lo que permitía inferir que el peluquero había consentido el ingreso de los menores. “No hay motivaciones políticas”, se apresuraron a afirmar oficialmente, y ya con más lentitud surgió la lectura oficial de que Angola había sido víctima de un robo. Los dos menores de 16 años, ambos primos entre sí, quedaron detenidos a disposición de la jueza de Menores Nº 3, Patricia Gutiérrez. El de 10 volvió junto a sus padres.