El caso de Magaly, la niña de 12 años que estuvo desaparecida 17 horas y que fue víctima de abuso sexual, sigue acumulando controversias. Ayer hizo declaraciones a la prensa una tía de David Benítez, el joven de 24 años que está detenido y acusado de haber abusado sexualmente de la chica. Según la mujer, lo que pasó en la intimidad de la vivienda del barrio La Cava, donde viven ella y su sobrino, “no fue una violación”. La tía del imputado aseguró que Benítez es “un buen muchacho, incapaz de un acto así” y que su familia le había dado “protección” a la niña luego de encontrarla perdida en la calle. Por otra parte, se dijo que Magaly hizo declaraciones en sede policial, aclarando que se había ido de su casa luego de una supuesta pelea con su padre, quien no le habría dado autorización para que hiciera un viaje estudiantil. Ante la difusión de esos supuestos dichos, fuentes judiciales recordaron que “Magaly todavía no prestó declaración formal ante la Justicia y recién lo hará cuando esté en condiciones de presentarse en la Cámara Gesell”.

El martes al mediodía, cuando fue encontrada en compañía del joven de 24 años que está detenido, Magaly estaba muy nerviosa y realizó comentarios tales como que “no quería regresar a la casa de sus padres adoptivos” o respecto de que había sido “obligada” por Benítez. Ninguna de esas manifestaciones tiene, por el momento, relevancia en la causa, porque lo que tendrá validez es lo que diga en la Cámara Gesell, ante un funcionario judicial. Como dijo el fiscal Marcelo Fuenzalida, la única prueba concreta hasta ayer era el dictamen de los forenses que “constataron que la niña fue violada”.

Si fuera verdad lo dicho por la tía de Benítez en el sentido de que “no hubo violación”, lo que insinúa la posibilidad de un acto sexual consentido, la situación de Benítez no cambiaría en forma radical, porque igual se trataría de un abuso sexual porque se trata de una niña de 12 años. Benítez, que sí declaró ante la Justicia, admitió que hubo contacto sexual, pero aseguró que pensó que Magaly “tenía 17 años y no 12”.

Lo que trata de hacer Benítez, tal vez aconsejado por su defensa, es invocar lo que jurídicamente se llama “error de hecho”, es decir, en este caso, haber mantenido relaciones sexuales con una joven que él creía –según afirma– que tenía 17 años y no con una niña de 12. En la Argentina hubo dos absoluciones en casos de abuso sexual, por invocación del “error de hecho”; un caso en La Plata y otro en Formosa. De todos modos, fueron fallos excepcionales tratándose de una causa caratulada “abuso sexual con acceso carnal”, como la que enfrenta el joven que está detenido.

Es cierto que la niña dijo ante la psicóloga que la asistió y ante los policías que la encontraron que se fue de la casa porque se había “peleado” con su padre. Por eso se la ve corriendo por la calle en dirección al barrio La Cava, porque temía que su padre regresara a la casa familiar, en las Lomas de San Isidro, y la sorprendiera en el momento en que ella se estaba yendo. También habría asegurado que Benítez la obligó a tener relaciones, pero todo tiene que ratificarse en la Cámara Gesell para que tenga validez jurídica.

Al parecer, Magaly fue hacia La Cava para encontrarse con un amigo, o noviecito, llamado Tomy, con quien no se pudo contactar. Fue allí que la encontraron los familiares de Benítez –la niña estaba llorando sentada en una plaza– y la convencieron para que pasara la noche en la casa donde se produjo el hecho que ahora se investiga.

Magaly vive con su familia adoptiva desde hace seis años y todavía estaba en pleno período de adaptación. La niña proviene de una familia humilde y fue separada de sus hermanos, que también fueron dados en adopción porque sus padres biológicos no estaban en condiciones de darle contención. Es una chica frágil, cuya vida había cambiado en forma abrupta al salir de las privaciones de su infancia y que estaba tratando de reponerse de episodios dolorosos.