SOCIEDAD › ANULAN EN NIGERIA LA CONDENA A MUERTE POR LAPIDACION
El abrazo que salvó a Amina
Tras una masiva una campaña internacional, un tribunal absolvió a la mujer, condenada a muerte por haber tenido una hija después de haberse divorciado, en contra de la ley islámica.
La presión internacional logró detener el proceso contra Amina Lawal, la mujer nigeriana condenada a morir por lapidación, por haber tenido una hija fuera del matrimonio. “Sabíamos que las acciones de la comunidad internacional era lo único que podía servir para anular la sentencia”, dijo María del Valle Aguilar, representante argentina de la organización pacifista Mujeres de Negro, que trabajó junto a Anmesty International en la recolección de millones de firmas alrededor del globo. La absolución, dispuesta ayer por un tribunal superior islámico del norte de Nigeria, frenó el proceso que concluiría en marzo del próximo año con la lapidación contra la joven madre de 31 años. “Soy feliz –dijo Amina ante los jueces:– Alá es grande”.
La noticia con el resultado del fallo recorrió el planeta en segundos. Durante la mañana, el abogado de Amina, Aliyu Musa Yawuri, difundió los resultados de la audiencia judicial: por “defectos técnicos”, explicó, el tribunal islámico de Katsina rechazó la condena a muerte dictada contra Amina. Los jueces del tribunal de apelación consideraron que Amina no tuvo suficientes oportunidades de defenderse.
El juicio comenzó hace dos años, cuando el primer tribunal la condenó según las leyes musulmanas previstas en la sharia, la ley islámica que desde hace tres años ha comenzado a reimplantarse en 12 de los 36 estados nigerianos. Según la sharia, la decisión de Amina de preservar un embarazo después de dos años de su divorcio la convertían en una mujer adúltera,
un delito que se castiga con la pena de muerte por lapidación. La condena preveía que en marzo del próximo año, cuando su hija cumpliera los dos años, ella iba a ser enterrada en la arena hasta el cuello y lapidada hasta la muerte. Durante el proceso, Amina no tuvo derecho a la defensa y sólo apeló hace un año ayudada y acompañada por organismos internacionales.
Por estas causas, la decisión de dar marcha atrás sorprendió a todos los sectores que venían reclamando la absolución. “Sabíamos que era difícil —dice la representante de Mujeres de Negro–. Sobre todo porque ella no tuvo posibilidad de defenderse, la única prueba que habían aceptado los tribunales islámicos para condenarla era la palabra de su marido”.
Las movilizaciones y campañas internacionales involucraron a organismos de derechos humanos de todo el globo, pero además pronunciamientos oficiales de diplomáticos, embajadas y de los jefes gobiernos de varios países, entre ellos Brasil. La condena fue considerada y repudiada como muestra de “barbarie” con cartas y peticiones enviadas al gobierno de Nigeria. El repudio mundial alcanzó incluso a varias reinas de belleza que el año pasado cancelaron su participación en el certamen de Miss Mundo que se hacía en ese país.
Para las organizaciones internacionales que trabajaron en el caso, la lucha no ha terminado con la absolución. “Nos alegramos de la decisión -dijo ayer un portavoz de Amnistía Internacional–, pero la sentencia no debería siquiera haber sido pronunciada”. En Nigeria todavía existen numerosas condenas a muerte, aunque nadie conoce el número exacto. Ayer, de hecho, otro tribunal condenó con la misma pena a un hombre musulmán por mantener relaciones homosexuales.
De acuerdo con los datos recogidos ayer durante todo el día por distintas agencias de noticias internacionales, en los últimos tres años la sharia ha vuelto a ser instaurada en 12 de los 36 estados nigerianos, sobre todo en el norte del país. Desde entonces, las condenas incluyeron cortes de manos a los ladrones, un azote público a la madre de un menor de edad y una condena semejante a la de Amina pero que también fue revocada después de la apelación. Si el proceso contra Amina hubiese continuado hasta el final, ella se habría convertido en la primera persona lapidada por adulterio, un castigo que, según el presidente del país, Olesegun Obasanjo, es inconstitucional.
Amina es parte del país más poblado de Africa. La mitad de sus habitantes son musulmanes y viven principalmente en la zona norte delpaís. El sur, en tanto, es mayoritariamente cristiano. De allí es Obasanjo, el presidente que aunque se manifestó en contra de la lapidación no pudo impedir la implementación de la ley islámica en un tercio del país, en medio de un proceso donde el gobierno central no quiere ponerse en contra de los musulmanes.