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Tras pasar tres años y medio preso por perseguir sin motivos a ricos y famosos, el ex juez federal de Dolores Hernán Bernasconi quedó libre ayer con el beneficio del 2 por 1, “al cumplir las dos terceras partes de su condena en combinación con la libertad condicional”, según explicaron fuentes judiciales. Bernasconi había sido detenido en enero de 2000 en Río de Janeiro, desde donde fue extraditado y luego juzgado y condenado a 9 años y seis meses de prisión como integrante de una organización dedicada a armar causas por drogas contra personajes de la farándula local, entre ellos contra Guillermo Coppola, el caso que lo catapultó a la (mala) fama.
Bernasconi fue uno de los tantos presos vip de la Argentina. Como tal, pasó sus poco más de 40 meses detenido en el Escuadrón Buenos Aires de Gendarmería, en el barrio porteño de Retiro, desde donde ayer partió con sus valijas, a las 16.30, cuando lo pasó a buscar su mujer, la periodista Alicia Barrios.
La libertad del ex magistrado, ahora imposibilitado de por vida para volver a ejercer un cargo público, fue posible a raíz de una acumulación de beneficios. En principio, Bernasconi se vio favorecido por un fallo de la Cámara Nacional de Casación Penal, que redujo a ocho años de prisión la condena que le había impuesto el Tribunal Oral Federal 5. Esa era también la condena pedida por el fiscal del caso, Ernesto Rizzi, quien durante el proceso argumentó que Bernasconi tenía tan poca autoridad sobre sus subalternos y era tan poco el respeto que le tenían los policías y su secretario, que no debía ser acusado de jefe de una asociación ilícita sino de ser apenas un miembro más de ella.
A eso se sumó el beneficio del cómputo doble del tiempo que estuvo detenido luego de enero de 2002, con lo que logró acumular los cinco años y cuatro meses necesarios para ser excarcelado con libertad condicional. Para eso fue fundamental el informe de la Gendarmería Nacional que indicó al TOF 5 que el comportamiento de Bernasconi, mientras estuvo alojado en el Escuadrón Buenos Aires de la fuerza, fue “excelente”.
Ahora, bajo libertad condicional, el juez deberá cumplir una serie de reglas impuestas por el tribunal, entre ellas concurrir a cada una de las citaciones judiciales que reciba e informar sus cambios de domicilio. Esta vez, al menos en teoría y si no quiere volver a ser buscado por la Interpol, no podrá repetir el recurso empleado en octubre de 1999, cuando su destitución era inminente y viajó a Brasil con el argumento de que iba a internarse en una clínica para tratar el cuadro de estrés que sufría. De ese viaje, pasaron casi tres meses y el ex juez volvió, pero extraditado.