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Un remisero fue asesinado de un balazo en la cabeza cuando aparentemente intentó evitar un robo y atropelló a dos ladrones que se le pusieron en el camino con una moto, en la localidad bonaerense de Garín.

El hecho se registró cerca de las 23 de la noche del jueves en la esquina de Ushuaia y Tierra del Fuego, del barrio Cabot, en la periferia de esa localidad del partido de Escobar.

Según pudo determinar la policía, el chofer, identificado como Eduardo Merigliano (53), fue a dejar a una pasajera en una casa ubicada en la zona de fábricas de Garín y luego regresó en su Chevrolet Corsa Classic a la remisería San Diego, para la que trabajaba en el turno noche.

En esa esquina, de acuerdo con el relato de algunos vecinos, el remisero, que trabajaba allí desde hace trece años, fue interceptado por dos delincuentes que, a bordo de una moto, se pusieron delante de él y lo amenazaron con un arma de fuego.

Se cree que, en medio de la de-sesperación, el hombre aceleró su auto y atropelló a los asaltantes, pero en ese momento uno de ellos le disparó en dos oportunidades y uno de los balazos le impactó en la cabeza. Según las fuentes policiales, el remisero murió en el acto y quedó sentado sobre su asiento, por lo que los médicos que concurrieron después al lugar no pudieron hacer nada por él.

En tanto, los delincuentes lograron escapar sin robar y hasta anoche no habían sido detenidos, pese a que el fiscal Facundo Flores, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) del departamento judicial Zárate-Campana, descentralizada de Escobar, dispuso tres allanamientos en busca de los sospechosos.

“Todo hace suponer que se trató de un robo y es nuestra principal línea investigativa, aunque no descartamos otras hipótesis porque en realidad los ladrones no se llevaron nada”, dijo un jefe policial.

En el lugar, la Policía Científica secuestró dos vainas servidas de una pistola calibre .45, con la que se presume le dispararon y asesinaron al remisero. En tanto, el cuerpo de Merigliano, que presentaba un orificio de entrada y salida en el cráneo, fue trasladado para efectuarle la autopsia de rigor y luego entregarlo a los familiares.

Según las fuentes policiales consultadas, la moto en la que se movilizaban los asaltantes quedó debajo del Chevrolet de la víctima y se determinó que había sido robada y tenía la patente cambiada. El vehículo tenía un pedido de secuestro librado por la Gendarmería tras un robo ocurrido en la localidad bonaerense de Boulogne, partido de San Isidro.