Martes, 14 de julio de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › LA MATERNIDAD MEISNER, DE PILAR, TIENE MáS DE UN CENTENAR DE DENUNCIAS POR MALTRATO Y TAMBIéN POR MUERTES
El Foro contra la Violencia Obstétrica, de Pilar, acumuló una gran cantidad de denuncias de parturientas maltratadas por médicos y enfermeros. El director de la maternidad dijo a Página/12 que “muertes hay en todos los hospitales”.
El 23 de abril de este año, Estela Martínez internó a su hija Daniela Moreira en el Hospital Materno Infantil Hugo Meisner, ubicado en Presidente Derqui, localidad del partido de Pilar. “Ese día le hicieron una cesárea a las siete de la tarde. Tuvo su bebé y estaba lo más bien. El sábado 25 se empezó a descomponer, le pusieron un analgésico y en seguida se hinchó toda”, cuenta Estela. Los médicos decidieron trasladarla entonces al Hospital Sanguinetti, ubicado en el centro de Pilar. Sin embargo, no pudo ser atendida allí y la regresaron a la maternidad, donde apenas estuvo unas horas. “No sé por qué, pero esta vez tampoco la atendieron y la mandaron de nuevo al Sanguinetti. Cuando yo llegué al hospital me avisaron que mi hija estaba muy mal y que la iban a operar de urgencia. Salió un cirujano y me dijo que la tuvieron que vaciar toda, porque mi hija estaba muy infectada.” Luego de permanecer durante dos semanas en terapia intensiva, Daniela, de 21 años, falleció el 7 de mayo.
La muerte de Daniela Moreira, que se encuentra denunciada en la fiscalía de Pilar, forma parte de los numerosos casos que hasta hoy lleva registrados el Foro contra la Violencia Obstétrica, fundado en 2011 en la localidad de Presidente Derqui. “Contamos con más de cien denuncias hechas contra la maternidad Meisner, aunque la mayoría de ellas no han sido llevadas a la Justicia, por miedo o por desconocimiento”, dice Silvia Palmieri, una de las principales referentes del foro. “Hace cuatro años nos empezamos a encontrar algunas mujeres a raíz del caso Olivera, una mamá a la que dejaron sola durante dieciséis horas cuando estaba a punto de dar a luz. La hicieron tener a su bebé por parto natural, cuando el bebé ya llevaba muerto cuarenta y ocho horas. La maternidad nunca detectó esto pese a que venían controlándola desde hacía cinco días.” A partir de la conformación del foro comenzaron a hacerse públicas otras muertes producidas en la maternidad y se propagaron las denuncias por el constante maltrato dentro del establecimiento. “Yo estaba presente cuando a una mamá le gritaron: ‘Bueno, ¿te gustó abrirte? Ya tenés ocho hijos, ahora callate la boca. No te quejés’”, recuerda Silvia.
Ante la gran cantidad de casos registrados, el foro elevó un petitorio al intendente Humberto Zúccaro, detallándole las anomalías en el servicio de la maternidad. Al no obtener ningún tipo de respuesta, decidieron convocar a una serie de movilizaciones para visibilizar sus reclamos. En la última marcha, realizada el pasado mes de junio y que congregó a más de cuatrocientos vecinos, se exigía el acceso a las historias clínicas de los bebés y las madres fallecidas en la institución.
“La violencia obstétrica es un cambio mental, no es un cambio de un aparatejo. Y a veces eso sale más caro y lleva más tiempo, porque hay cosas que están arraigadas, que se hacen mal y se piensa que se las hace bien”, dice Mario Gorosito, que desde febrero de este año se desempeña como director del Hospital Materno Infantil Hugo Meisner. En los últimos diez años, la maternidad tuvo diez directores diferentes. Según Gorosito, estos cambios se deben al “desgaste” que conlleva el puesto. Sin embargo, desde el Foro contra la Violencia Obstétrica se argumenta que esta sucesión de directivos es producto de las denuncias que vienen realizando. “Si fuésemos ciento por ciento efectivos no estarías hablando conmigo. A vos lo que te moviliza a hablar conmigo son las muertes de las pacientes. En el Otamendi y Miroli muere gente, en el Gutiérrez muere gente, en el Garrahan muere gente... La mortalidad es algo que no se puede corregir”, afirma Mario Gorosito. Con respecto a las denuncias que recibió el foro, Gorosito argumenta que durante su gestión sólo ocurrió una muerte y que lleva registradas cinco quejas. El Hospital Meisner no cuenta con estadísticas oficiales sobre el aumento o descenso de la mortalidad, aunque el director afirma llevar “una estadística mental sobre lo que está pasando” y señala que “ahora hay un montón (de quejas) de otras gestiones, pero las recibí yo y me tengo que hacer cargo yo”. En relación al mal trato por parte del personal de la maternidad, Gorosito reconoce la existencia de estas situaciones. “Hemos tenido casos de ese tipo. Yo creo que se han cambiado. A veces no son obstetras, no son médicos y sí son enfermeras, las cuales hemos desactivado y jubilado. Los cambios se vienen haciendo. Los últimos los hemos hecho en estos quince o veinte días.”
Mariana Peruzzo, una de las tantas damnificadas por la atención recibida en el Hospital Meisner, llegó allí en agosto pasado sufriendo una serie de pérdidas durante su embarazo y fue atendida por un médico de alto riesgo. “Yo no podía hacerme los análisis en Pilar porque me dieron reposo absoluto y en el Meisner tampoco porque sólo te los hacen a partir del octavo mes. El médico de alto riesgo me terminó diciendo que era un embarazo normal, que siga por los carriles normales.” Cuando comenzaba su sexto mes de embarazo, Mariana fue llevada a la maternidad con un estado febril que apenas le permitía levantarse de la cama. La médica que la atendió le recetó un Tafirol y le dijo que vuelva a su casa. Como la fiebre aumentaba, Mariana fue llevada nuevamente a la maternidad. “Entonces me hicieron un tacto y la doctora me dijo que olía fétido, que estaba perdiendo líquido amniótico –recuerda Mariana–. Me dijo que me tenían que sacar a mi hija y que como la bebé era muy chica, yo ya sabía lo que iba a pasar. ‘¿No hay nada que puedas hacer?’, le pregunté. ‘¿Qué querés, que te ponga un corcho?’ Esa fue la respuesta profesional de la doctora.” Su bebé nació muerto por parto natural. Los restos de placenta que quedaron dentro de ella la tuvieron al borde de la muerte hasta que los médicos lograron dar con el antibiótico indicado y controlar la infección que se había producido durante el parto.
“Si es por negligencia o por impericia, eso ya queda a cargo de la Justicia. Si alguien se siente damnificada tiene que hacer una denuncia formal. Ustedes están acá por lo malo, no por lo bueno”, argumenta Mario Gorosito ante la consulta sobre cuál es su opinión acerca de los casos que fueron llevados al Hospital Meisner a través del Foro contra la Violencia Obstétrica. “Las denuncias que ellas hicieron están dentro del programa nacional, que dice que el aporte de la comunidad ayuda a cambiar el modelo organizacional de la maternidad.” Frente a esta respuesta, que el foro considera insuficiente, sus integrantes decidieron continuar con los reclamos y nuevas movilizaciones.
“¿Son médicos o son acomodados?”, se pregunta Silvia Palmieri, refiriéndose a la manera en la que llega a ocupar su puesto el personal clínico de este hospital. Y concluye con un panorama poco alentador frente a la posibilidad de un cambio profundo en la maternidad: “No puede ser que una mamá tenga todos los controles bien durante nueve meses y que luego se muera por una infección de la que nadie sabe nada, o porque te quedó un poco de placenta adentro. Este es el cuarto director que tenemos desde que el Foro empezó a denunciar. Los cambian como si fueran vasos sucios. Van y vienen. No hay mejoras. A nosotros nos dijeron que iba a cambiar el tema de las matrículas, que ellos nos iban a abrir todos los archivos. Pero no nos los tienen que abrir solo a las que pertenecemos al Foro, tiene que ser para todas las familias que están denunciando”.
Informe: Diego Fernández Romeral
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