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La huelga de recolectores de residuos iniciada el domingo en los partidos de Tigre, San Fernando, Vicente López y San Isidro se extendió anoche a toda la provincia de Buenos Aires. Y mañana puede trasladarse también a la Capital Federal, si no se resuelve el conflicto entre los municipios del norte del conurbano y el sindicato de camioneros. El secretario adjunto del gremio, Mariano Silva, anticipó que los trabajadores del sector “no aceptarán rebajas salariales” y advirtió que la medida de fuerza podría, incluso, ampliarse al orden nacional. No obstante, las autoridades comunales aseguraron que los puestos laborales de los barrenderos “no corren peligro y están garantizados”.
Los intendentes de la zona norte lanzaron un plan conjunto que contempla “la municipalización” del servicio de recolección de la basura en los cuatro distritos. La medida habilita reducciones salariales de hasta un 50 por ciento. “No estamos en condiciones de pagar sueldos de dos mil pesos por juntar la basura. Tenemos maestros y médicos que cobran un máximo de mil setecientos. Es una situación insostenible. El objetivo es que los barrenderos cobren un sueldo acorde a las funciones que desempeñan. Un máximo de mil pesos estaría bien”, estimó el intendente de Vicente López, Enrique García. El jefe comunal de San Isidro, Gustavo Posse, denunció que el paro responde a “un lobby de las empresas concesionarias del servicio que pretenden cobrarnos tarifas carísimas por un servicio que deja mucho que desear en los cuatro partidos”.
En declaraciones a Página/12, Silva, de los camioneros, remarcó que los barrenderos no tienen la culpa de que “los médicos y los maestros ganen poco”, ya que, según consideró “todos deberían ganar un buen salario”. “De un día para el otro nos dicen que el servicio se municipaliza en cuatro partidos del Gran Buenos Aires y que los trabajadores van a ganar la mitad o, incluso, el equivalente a un plan Trabajar. No lo aceptaremos y vamos a parar en toda la provincia, la Capital, y si es necesario en el país”, manifestó el sindicalista.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, se comunicó con los intendentes García y Posse, además de Ricardo Ubieto, de Tigre, y Osvaldo Amiero, de San Fernando, para expresar su solidaridad en medio del conflicto. Solá se mostró preocupado por los incidentes violentos que se produjeron entre el personal municipal que intentaba recoger la basura y supuestos activistas del sindicato de camioneros. Ante el riesgo sanitario que pueda ocasionar la acumulación de los desperdicios, el mandatario aseguró que “garantizará la recolección, si es necesario, “con custodia policial”.
Gran cantidad de basura se acumulaba ayer en las calles de estas cuatro localidades, lo que constituía un grave peligro para la salud de sus habitantes. Con un cronograma de emergencia, los municipios intentaban ayer despejar las principales calles y avenidas de la zona. En tanto, pedían a los vecinos que “no sacaran la basura de sus casas” hasta que la situación se normalice. Un escenario que, desde hoy, puede repetirse en todas las localidades de la provincia de Buenos Aires.
Esta municipalización debía entrar en vigencia a partir del 1º de enero de 2004. Para esa fecha, las concesiones del servicio de recolección de residuos de la zona norte caducarán y se impondrá una fuerte reducción salarial a los recolectores.