Lunes, 26 de octubre de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › EL PAPA FRANCISCO CLAUSURó CON UNA MISA EL SíNODO SOBRE LA FAMILIA
El sumo pontífice ofició la misa y exhortó a los obispos participantes del Sínodo a incluir a los marginados y no “pasar de largo” ante los gritos de la humanidad. Francisco llamó a los obispos a no caer en la tentación de la “espiritualidad del espejismo”.
El papa Francisco ofició la misa de clausura del Sínodo sobre la familia y exhortó a los obispos del mundo a incluir a los marginados que “molestan” y a evitar “pasar de largo” ante los gritos de la humanidad. El pontífice presidió la misa en la basílica de San Pedro un día después de que los 270 padres sinodales aprobaron por mayoría amplia los 94 párrafos del documento final, en el que propusieron “la integración” de los católicos divorciados vueltos a casar tras el examen de cada caso.
“Invito a todos a dar gracias a Dios por estas tres semanas de trabajo intenso, animado por la oración y un espíritu de verdadera comunión. Ha sido cansador, pero ha sido un verdadero don de Dios”, afirmó Francisco en su reflexión durante el rezo del Angelus.
“Las situaciones de miseria y de conflicto –señaló el Papa– son para Dios ocasiones de misericordia. ¡Hoy es el tiempo de la misericordia!”
Francisco reflexionó en su homilía sobre la lectura del Evangelio de hoy en la que se habla de la curación del ciego Bartimeo y afirma que en este episodio “Jesús muestra que desea escuchar nuestras necesidades. Quiere un coloquio con cada uno de nosotros sobre la vida, las situaciones reales, que no excluya nada ante Dios”. “Cuando el grito de la humanidad se repite aún más fuerte, no hay otra respuesta que hacer nuestras las palabras de Jesús y sobre todo imitar su corazón. Las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia. Hoy es tiempo de misericordia”, sostuvo.
Francisco en su sermón habló de dos tentaciones “para los que siguen a Jesús” y una es la de quedarse “sordos” como hicieron los discípulos ante lo que sucede alrededor y la otra “caer en una fe de mapa”.
“Podemos caminar con el pueblo de Dios, pero tenemos nuestra hoja de ruta, donde entra todo: sabemos dónde ir y cuánto tiempo se tarda; todos deben respetar nuestro ritmo y cualquier inconveniente nos molesta”, agregó.
“Podemos caminar a través de los desiertos de la humanidad sin ver lo que realmente es, sino lo que a nosotros nos gustaría ver; somos capaces de construir visiones del mundo, pero no aceptamos lo que el Señor pone delante de nuestros ojos. Una fe que no sabe radicarse en la vida de la gente permanece árida y, en lugar de oasis, crea otros desiertos”, afirmó.
El Papa instó a los padres sinodales que durante estas tres semanas mostraron diferencias entre doctrinarios y aperturistas, a no caer en la tentación de la “espiritualidad del espejismo”.
Los padres sinodales, entre obispos y cardenales, aprobaron por mayoría amplia el documento final sobre la familia, y aseguraron que es fruto del “consenso”. Dos de los puntos referidos a la comunión de los católicos divorciados en nueva unión fueron los que tuvieron más votos negativos, al superar apenas los dos tercios: 178 votos a favor y 80 en contra.
Los purpurados y prelados sostuvieron que los divorciados por casar deben ser más integrados en las comunidades cristianas en las varias maneras posibles, “pero evitando en cualquier caso dar escándalo” y propusieron levantar varias prohibiciones para ser padrinos de bautizos y matrimonios o leer en la misa. Asimismo, subrayaron la necesidad de un “discernimiento”, un examen “caso por caso” para autorizar el acceso a los sacramentos de la comunióón y la confesión.
“Hacerse cargo de estas personas no es una debilidad de la propia fe o de la indisolubilidad del matrimonio, sino que así la Iglesia expresa su caridad”, aseguraron en el documento.
Los padres sinodales pidieron también apoyo a las parejas, jóvenes y adolescentes en el tema de la sexualidad, y exhortaron a atender los casos de violencia familiar y, sobre todo, “promover la protección de los menores del abuso sexual”.
La gran novedad es que se invita a utilizar el método del discernimiento, la valoración caso por caso, por parte de los sacerdotes durante la confesión, para la readmisión en la Iglesia y el acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar.
La homilía del Papa terminó con un agradecimiento a los obispos “por el camino” que se ha compartido “en busca de las senadas que el Evangelio indica a nuestro tiempo para anunciar el misterio de amor de la familia”.
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