SOCIEDAD › DENUNCIAN INTENTOS DE SECUESTRO DE NIÑAS DE LA VILLA 1-11-14

Cuatro casos antes que Layla

La desaparición de la chica en el Bajo Flores despertó las advertencias. En los casos anteriores hubo contactos por Facebook y amenazas a la víctima cuando quiere cortar esa relación. Hubo denuncias, pero no tuvieron efecto. El padre de Layla pidió ayuda.

Al menos cuatro casos más de intento de secuestro o de aproximación a jóvenes adolescentes de la villa 1-11-14, antecedieron a la desaparición de Layla Nayeli Sainz Fernández, desde el jueves pasado cuando salía de la escuela en el Bajo Flores y cuya familia sigue desesperada en su búsqueda. De esos cuatro casos, uno consistió en un frustrado secuestro del que la niña, de 12 años, logró zafar de tres jóvenes que la obligaron a bajar del colectivo y amenazaban con violarla. Los cuatro casos anteriores fueron denunciados ante la Fiscalía 3, con escasa repercusión en el trámite judicial y mucha menos en la detección de culpables. Ayer, como para decir que no hay conformidad con la actuación fiscal, los padres, familiares y amigos de Layla dieron un abrazo a la escuela normal 4 a la que concurría y realizaron un corte en Perito Moreno y Varela. “Estamos desesperados”, dijo Sergio Sainz, el padre de Layla, y pidió que “distribuyan su foto”.

“Todas las chicas viven en la 1-11-14, van a diferentes escuelas y se contactaron con ellas por sus perfiles de Facebook”, describió Hernán Cortiñas, uno de los docentes que trabajan en las escuelas dentro del barrio. “En los cuatro casos se contactaron con las chicas por sus perfiles de Facebook”, dijo el docente.

“Los primeros contactos son aproximaciones amigables –explicó el docente–. Cuando pueden hacer contacto, empiezan a pedir fotos, después fotos desnudas o semidesnudas, después teniendo relaciones. Cuando las chicas rechazan vienen las amenazas. ¿En qué consisten? Les empiezan a dar datos que indican que las vigilan, les mandan fotos de la casa, que conocen a sus familiares y amigos.”

Los tres casos de Facebook empezaron a ser detectados alrededor de diciembre del año pasado. El de intento de secuestro, el 2 de septiembre de este año. La nena, de 12 años, volvía en colectivo a la tarde de la escuela. Tres jóvenes de entre 18 y 20 años la bajaron a la fuerza del colectivo, la llevaron a un descampado y amenazaron con violarla, y la chica en algún momento logró zafar y escapar. Los familiares presentaron la denuncia en la fiscalía 3 pero hasta la fecha no fueron citadas.

Los otros tres casos (conocidos, porque es probable que exista una cifra negra que no se anime a hacer pública la situación por amenazas y miedos) no llegaron al intento de secuestro pero rondaron los pasos previos. Los tres tuvieron lugar a través de contactos por Facebook y en algún caso ya fueron detectados los contactos en diciembre de 2014.

Después de contactadas y cuando las chicas pretenden rechazar el contacto, son amenazadas. Las denuncias fueron presentadas en la fiscalía 3. “Tienen conocimiento de la villa o viven en la villa misma porque les mandan fotos de las casas, les revelan los movimientos de sus parientes, para asustarlas –describió Cortiñas–. El problema es la naturalización de estos casos. Porque ni en la comisaría ni en la fiscalía las atienden normalmente. En la comisaría a una de las denunciantes le dijeron barbaridades. A la familia de Layla –explicó el docente– le tomaron declaración en la comisaría, el sábado pasado, durante tres horas. Cuando terminaron les dijeron que se había perdido el documento y tuvieron que declarar durante tres horas más. Están tan decepcionados que ni siquiera hacen la denuncia. El caso de Layla es similar pero no estamos en condiciones de confirmar que se trata de lo mismo. Pero es similar. Estaba chateando con diferentes perfiles falsos que después se supo que coincidían con el mismo adulto. Layla desapareció un día y al día siguiente ya una amiga había recibido amenazas.”

Sergio Sainz, el papá de Layla, dijo a los medios que “pedimos a toda la gente que si ven algún movimiento raro por su zona, de lugares donde estén introduciendo nenas, que llamen a la policía, por favor, compartan por favor la foto de mi hija, estamos desesperados, no sabemos qué hacer”.

El último contacto de la niña, que cursaba su primer año en el Colegio Normal 4 de Caballito, fue el jueves 24 de octubre, cuando ella estaba conectada a Internet alrededor de las 14.30 desde un ciber en la calle San Juan, de la Villa 11114, barrio en el que vive junto a su familia. Sergio recordó que “el día anterior a la desaparición yo revisé un contacto sospechoso del Facebook el cual no tenía imagen y nada bueno porque leí la conversación total”.

Y continuó: “Era un hombre mayor que sabía que estaba hablando con una niña menor; él la invitaba a su casa a cocinar y ella le decía que no, que vaya a la escuela y él le respondía que ‘me dan cosa tus amigas’”.

Consultados por si creen que este contacto pudo haber sido un puente hacia otras personas, Neyva, la madre de Layla, afirmó que “hemos visto muchachas que han pasado por esto y tenemos otros perfiles también sospechosos”.

Sergio describió que “yo soy discapacitado y me dediqué a trabajar en casa y entonces yo la llevo y la traigo, recién hace dos semanas que empezó a regresar con amiguitas, nunca se ha atrasado más de 15 minutos, 30 y hace dos semanas comenzó a estar rara”.

Finalmente, Neyva negó que la niña pueda haberse ido por su cuenta: “Ella no es así, por más que alguna vez hayamos podido tener una discusión, ella hablaba con su abuela, mi mamá, o la mamá de Sergio, que ella se pueda haber ido sola lo descarto por completo”.

La niña vestía un jean desgastado, remera amarilla y un suéter violeta, y tenía una mochila negra con dibujos en color fucsia. Los padres de Layla presentaron celulares para recibir cualquier tipo de información sobre su hija: 15-5735-3859.

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Sergio Sainz dijo que están desesperados y pidió que se distribuya la foto de su hija.
 
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