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El análisis para detectar el VIH fracasa en el 40 por ciento de los casos... pero no porque los resultados sean inexactos sino simplemente porque la persona no se presenta a retirarlos. Esta impresionante deserción empezó a revertirse en la Ciudad de Buenos Aires a partir de la creación de centros especiales de diagnóstico que funcionan con horario ampliado y fuera de los hospitales: en éstos, el resultado de los análisis no viene en un silencioso sobre cerrado sino enmarcado en un proceso de entrevistas donde cada persona es acompañada y asesorada en su decisión de hacerse el testeo. Así, la proporción de personas que vuelven a retirar los resultados subió hasta el 97 por ciento. El caso puede servir para ejemplificar, en el Día Mundial de Lucha contra el Sida, la delicada red de factores, nunca exclusivamente médicos, que se articulan en cada situación vinculada con este mal. Ayer, la prevención llegó a los espectáculos deportivos: se distribuyeron preservativos e información en los partidos Boca-Olimpo y Lanús-River, y en el Autódromo de Buenos Aires. “La constatación de que, en la mayoría de los hospitales, entre un 30 y un 40 por ciento de los que solicitaban análisis de VIH no retiraba los resultados, fue motivo principal de que decidiéramos crear los Centros de Prevención, Asesoramiento y Diagnóstico (Cepad)”, cuenta Claudio Bloch, jefe de Coordinación Sida del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En estos centros, que funcionan desde hace dos años, el porcentaje de análisis efectivamente retirados asciende hasta el 97 por ciento.
¿Por qué esta diferencia? Silvana Weller, coordinadora de prevención en Coordinación Sida, contesta que “desde luego, mucha gente no lo retira porque tiene terror al posible resultado. Pero también muchas veces, desde el sistema de salud se ha tramitado el análisis burocráticamente: por ejemplo, le pedían a una embarazada que se lo hiciera y ella lo retiraba cuando el bebé ya había nacido, porque nadie le había explicado que era para prevenir la transmisión durante el embarazo”. Además, y esto es esencial, no es lo mismo que el resultado venga en un temible sobre cerrado o que se dé en una entrevista de información y asesoramiento.
“En el Hospital Fernández, desde hace más de diez años fueron pioneros en este tema”, observa Weller. Pero la particularidad de los Cepad es que casi todos funcionan por fuera del sistema formal de salud. Con horarios ampliados –de 8 a 18 o de 8 a 20–, al consultante no se le piden documentos de identidad, ni siquiera una decisión previa de hacerse el test, sino sólo de concurrir a una entrevista de asesoramiento, en la que ratificarán o no su propósito de hacerse el análisis: si lo deciden, podrán hacerlo en forma inmediata, ya que no hace falta estar en ayunas para el test de HIV. Los resultados tardan una semana y todo el proceso es gratuito.
“Los motivos de la consulta varían mucho –señala la psicóloga María Laura Marbán, del Cenad de Casa Joven, en el barrio de Flores–: a veces son parejas y van juntos a testearse, en una perspectiva de cuidado mutuo; otras veces, al revés, son personas que, al separarse, tomaron conocimiento de situaciones de infidelidad de su anterior pareja. A veces, la gente imagina situaciones de riesgo donde no las hubo, como en una consulta odontológica o en una relación ocasional con preservativo, y desestima riesgos reales, como tener sexo sin preservativo con una pareja estable sin haberse hecho el test de VIH.”
Otras veces son personas “que han pasado por una situación de riesgo de transmisión del virus y están muy angustiadas. A veces, la situación fue hace mucho tiempo; otras veces fue muy reciente, y en este caso se le explica que, debido al ‘período de ventana’, un diagnóstico negativo definitivo requerirá otro análisis a los tres meses (con los métodos actuales; antes, la ventana era de seis meses)”.
Norma Pizarro, promotora de salud en el Cepad de Villa Pueyrredón, comentó que “hay personas que quieren hacerse el análisis pero les agarra, dicen, un miedo al pinchazo: nosotros la acompañamos a la enfermería, laesperamos, le preguntamos si se siente bien, es una especie de juego que crea un ámbito de contención”.
El resultado del análisis se entrega en una segunda entrevista. “Si es ‘reactivo’ hay que repetir el análisis y sólo si vuelve a dar el mismo resultado se confirma que la persona vive con VIH”, advierte Marbán. En cualquier caso “el resultado no se entrega en un sobre cerrado: se habla del tema y se trata de contribuir a que el hecho, sin duda doloroso, no sea necesariamente traumático”. Para que la persona inicie el tratamiento, el Cepad dispone de “un listado de servicios infectológicos amigables, dentro del sistema de salud de la ciudad. De todos modos, entendemos que la persona necesite tomarse su tiempo antes de concurrir”.
Siempre “tratamos de que la persona se apropie de las decisiones que vaya tomando. Nos parece que ésta es la clave de que sean tantos los que vuelven a retirar los resultados. Incluso, muchos vienen a hacerse el testeo recomendados por otros”, comentó Marbán.
La campaña oficial movilizó ayer a 30 valerosas promotoras, que encararon a las hinchadas de Boca y de River para distribuir preservativos y folletería sobre el VIH. En Boca-Olimpo estuvieron el secretario de Deportes de la Nación, Roberto Perfumo, y el ministro de Salud, Ginés González García, quien a la mañana monitoreó la distribución en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires.