SOCIEDAD › OFICIALMENTE, HOY TERMINA LA REUNION EN PARIS, PERO EL ACUERDO TODAVIA ESTA LEJOS

Cumbre climática en cuenta regresiva

Las discrepancias en los temas de financiamiento y de limitación de las alzas de las temperaturas dificultaban ayer el acuerdo para el documento final. Su última versión eliminó el artículo que hacía legalmente vinculantes los compromisos de reducción de emisiones.

Los negociadores del acuerdo de París sobre el clima buscaban anoche superar contrarreloj las discrepancias persistentes en los temas de financiamiento y de limitación de las alzas de las temperaturas que amenazan al planeta. Oficialmente, la conferencia de París sobre el clima (COP21) termina hoy, aunque es posible que las discusiones avancen sobre el sábado. Los países en desarrollo reclamaban un mayor acceso al financiamiento para adaptar sus sistemas de producción, lo que constituye uno de los puntos que generan fricciones en la recta final de las negociaciones. Una nueva versión del documento final acepta el pedido de Estados Unidos, India y China, que lograron eliminar el artículo que hacía legalmente vinculantes los compromisos de reducción de emisiones.

El presidente francés, François Hollande, admitió que aún existen dificultades sobre la financiación y de dónde debe proceder. El comisario europeo y jefe negociador de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, pidió por su parte un acuerdo “ambicioso” para atraer miles de millones de dólares en inversiones del sector privado.

Las finanzas es uno de los puntos de bloqueo de este acuerdo, que sería el primero de alcance realmente mundial, con 195 países a bordo. El segundo atañe al grado de responsabilidad de los países industrializados y los que están en desarrollo en el calentamiento del planeta. El tercero, la ambición a largo plazo, es decir, definir cómo se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y cómo se transita hacia una economía que no dependa de las energías fósiles.

Ya no es cuestión de si habrá o no acuerdo en París, sino qué tipo de acuerdo. “Todavía no es posible medir la ambición final del texto”, observó Matthieu Orphelin, portavoz de la Fondation Nicolas Hulot. Negociadores y observadores coinciden en que está hecha más de la mitad del trabajo pero queda lo más arduo: 19 puntos en discusión y 350 corchetes u opciones abiertas.

¿Hasta qué punto será vinculante el texto desde un punto de vista legal? Orphelin apunta que de momento la palabra “deberá” figura 180 veces y “debería” 45, es decir que contiene “tres veces más obligaciones que exhortaciones”.

Queda entre otras cosas por definir la fecha en que comenzará la revisión cada cinco años de los compromisos voluntarios (INDC) de reducción de emisión de GEI, que ya presentaron 185 países, pero que según el borrador no serán legalmente vinculantes. Hollande dijo ser favorable a que se tome como punto de partida 2020, la fecha de entrada en vigor del futuro acuerdo.

Las posiciones se endurecen, pero también aparecen nuevas alianzas, como la que unió en las últimas horas a la Unión Europea, a Estados Unidos, a poco menos de un centenar de países más vulnerables e incluso a países productores de hidrocarburos como México.

Los países más afectados por el calentamiento del planeta, como las islas amenazadas por la subida del nivel de los océanos, no están dispuestos a dejar escapar la oportunidad de un acuerdo que para ellos es de vida o muerte. El tema que cristaliza esa obsesión es el que prácticamente encabeza el acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura del planeta, sin que se haya definido aún si el tope será 1,5ºC, como reclaman los países más vulnerables, o de 2ºC, como insisten sobre todo India y Arabia Saudita.

Según el ministro ecuatoriano de Medio Ambiente, Daniel Ortega, “la balanza se está inclinando por 1,5ºC”. Pero aunque se opte por la meta más ambiciosa, quedará por delante el reto de implementarla. “Creo que esa es la parte más dura que nos queda” por negociar, o sea definir cómo se implementa el acuerdo “desde el punto de la mitigación y de la ampliación del financiamiento”, dijo Ortega. “Estamos de acuerdo en una participación voluntaria de los países en vías de desarrollo en la financiación”, explicó Antonio Marcondes, negociador brasileño.

Pero las divisiones vuelven a aparecer entre ricos y pobres. El meollo de las discusiones en París son las “responsabilidades comunes pero diferenciadas” que todos los países aceptaron en la Cumbre de la Tierra de Río en 1992 y que ahora opone a los países emergentes y a los desarrollados sobre quién debe asumir los costos.

Las grandes organizaciones no gubernamentales están convencidas de que habrá un acuerdo en la conferencia sobre el cambio climático que se celebra hasta hoy en París, pero afirmaron que no está garantizado que sea “fuerte” en las cuestiones más polémicas. “Creo que tendremos un acuerdo. La cuestión es si será un acuerdo fuerte”, destacó Mohamed Adow, de Christian Aid.

Por su parte, Alex Hafani, del Fondo de Defensa Medioambiental, se mostró optimista sobre el cierre de un compromiso internacional al notar que “hay un fuerte deseo” de cerrar un convenio entre los países que participan del encuentro para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

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La Torre Eiffel, con reclamos contra el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero.
Imagen: AFP
 
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