SOCIEDAD › EN NUEVA YORK PROHIBEN EL USO DE LOS CENICEROS
Insólita normativa antitabaco
Un cenicero vacío en Nueva York puede ser un adorno, un recuerdo de que se superó un mal hábito o una evidencia de un intento criminal que puede costar a su propietario una multa de 2 mil dólares. Es que bajo las estrictas regulaciones que la ciudad adoptó a comienzos de este año en el marco de una política antitabaco, la posesión de ceniceros se ha convertido en un asunto peligroso, inclusive si no se es fumador o si el receptáculo nunca sirvió para aplastar la colilla de un cigarrillo.
Mientras la atención pública se centró en la prohibición de fumar en restaurantes y bares de Nueva York, muchos de sus habitantes hicieron caso omiso a otra parte de la normativa que establece que los ceniceros “no deben ser utilizados ni suministrados al público”. De las 2300 denuncias hechas por violaciones a la ley, desde su entrada en vigor el pasado 1º de mayo, 200 tuvieron que ver con los ceniceros.
El propietario de un videoclub, Marty Arno, indicó que puso un cenicero en la puerta de su local para que los consumidores apagaran sus cigarrillos antes de entrar, como una forma de acatar la prohibición neoyorquina. Pero dos inspectores de salud, que visitaron su local en octubre, tuvieron otro punto de vista y multaron a Arno por tener un “cenicero con una colilla y cenizas” en su negocio.
El infractor más célebre es el editor de la revista Vanity Fair, Graydon Carter, en cuyas oficinas se hallaron numerosos ceniceros ilegales. “Los mantengo alrededor para recordar mi juventud. Cualquier ciudad que te permita tener una pistola cargada en tu oficina, pero no un cenicero, tiene sus prioridades seriamente fuera de sitio”, dijo Carter.
Según un subcomisionado del Departamento de Salud e Higiene Mental, Elliot Marcus, los ceniceros son “una invitación” para fumar. “La teoría es que si uno no tuviese ceniceros para los fumadores, la ley se cumpliría por sí sola. Eso se desprende del hecho de que tenemos una tasa de cumplimiento de 98 por ciento en toda la ciudad, excepto por los que se pasan de listos”, aseguró Marcus.
Aunque reconoció que la ley no requiere pruebas de que el cenicero haya sido utilizado para imponer una multa, Marcus dijo que todas las denuncias por violaciones a la disposición hasta el momento han sido por quejas específicas contra personas que los utilizan para fumar.
Los dueños de un bar de Manhattan encontraron una manera para evadir la ley. Todas las noches colocan vasos de plástico con un poco de agua en cada mesa. Si los clientes deciden fumar, utilizan los vasos como ceniceros, cosa que la ley no prohíbe, a menos que se prohíba también el uso de vasos de plástico en los bares.