SOCIEDAD › ASALTARON A DOS FAMILIAS EN UN COUNTRY DE TRISTáN SUáREZ Y LUEGO LAS SECUESTRARON

Una banda con versatilidad delictiva

Al menos tres hombres asaltaron a dos parejas con sus hijos en el country Cissab. Después de desvalijar la casa retuvieron a seis en una camioneta hasta que el séptimo obtuvo el rescate.

Un asalto al Cissab (Club Israelita Social Scholem Aleijem Bialik), de Tristán Suárez, a unos 40 kilómetros de la CABA y a metros de la autopista a Cañuelas, tuvo sus peculiaridades que lo movió de los clásicos policiales. Reunió por un lado el motivo de la irrupción de una banda en medio de una vivienda supuestamente rodeada de medidas de seguridad, y por el otro el modelo de secuestro express con negociación de dinero, entrega en postas y liberación post cobro. Lo sorprendente es que no fue uno sino siete los secuestrados, todos agrupados dentro de una camioneta que salió a recorrer las rutas argentinas, y de la que liberaron a uno de los hombres (eran dos parejas y tres chicos), que obtuvo 50 mil dólares en lo de su suegro. El pago se efectuó antes de que la Bonaerense tomara el rastro. Luego fueron liberados los seis restantes.

El asalto tuvo lugar en el predio Chacra Vieja, del Cissab, un club tradicional de la comunidad judía, en la calle Blas Parera 1301, del partido de Ezeiza. El predio fue adquirido e inaugurado en 2012. En una de las casas de Chacra Vieja, correspondiente al lote 210, el domingo por la noche, dos parejas con tres niños, dos varones de 5 años y una nena de 2, cenaban reunidos. Alrededor de las 23 tres asaltantes se sumaron con otras intenciones a la cena.

La banda se coló por alguna parte del cerco perimetral. Llegaron a la casa donde amenazaron a las dos parejas con armas largas. Primero empezaron a desvalijar la propiedad,

Pero, no conformes con el botín, los asaltantes decidieron arriesgar la variante del secuestro extorsivo exprés. Y secuestraron a las dos familias, las dos parejas y sus tres hijos, lo que en sí mismo pasó a ser un caso inédito. Las siete víctimas fueron subidas a la camioneta Ford Ranger de la familia invitada junto a los tres asaltantes. Las siete víctimas salieron de ese modo por la puerta de ingreso del country, donde habitualmente el personal de seguridad privada revisa el interior de los vehículos cuando ingresan, pero no cuando egresan.

En el municipio de Ezeiza informaron además que los secuestradores recibieron apoyo desde un Volkswagen Vento que los aguardaba en la colectora de la autopista y al que traspasaron a las víctimas.

En algún momento, en medio de deliberaciones, los asaltantes decidieron dejar en libertad a uno de los hombres con la idea de que obtuviera un rescate para liberar al resto. Entonces, mientras el Vento daba vueltas para hacer tiempo, el recién liberado, que trabaja en una fiscalía porteña, se dirigió en la camioneta Ford Ranger a la casa de su suegro, en la CABA. Allí, en evidente estado de desesperación, pero sin revelar el motivo, el hombre dijo que necesitaba con suma urgencia 50 mil dólares.

“Le dijo al suegro que era una cuestión grave de vida o muerte y que no le podía decir nada –reveló un investigador judicial–. El suegro aceptó entregarle el dinero pero de inmediato le avisó lo que estaba pasando a otro de sus hijos, que llamó a la policía ante la sospecha de que había un secuestro en curso.”

El hecho comenzó entonces a ser investigado por uniformados de la Dirección Departamental de Inteligencia (DDI) de Esteban Echeverría y por la Fiscalía Federal 1 de Lomas de Zamora, a cargo de Leonel Gómez Barbella, además del juez Federico Villena, del Juzgado Federal 2 de la misma localidad.

A todo esto, los seis secuestrados seguían dentro del Volkswagen Vento y fueron “paseados” por la zona de la autopista Riccheri y la de Ezeiza-Cañuelas.

Mientras, el liberado con los 50 mil dólares en su poder, se comunicó con los secuestradores y se dirigió desde la CABA hasta una estación de servicio Shell, situada en la autopista Ezeiza-Cañuelas, a unos 200 metros del peaje y cerca del country Cissab, a pagar el rescate.

“No llegamos a intervenir las líneas telefónicas a tiempo ni a monitorear el pago del rescate con el secuestro en curso. Cuando hicimos contacto con el hombre que había pasado a buscar el dinero, éste ya había hecho el pago y todo había terminado”, dijo la misma fuente judicial.

A todo esto, la banda recogió el dinero en la estación de servicio establecida y alrededor de la 1 de la madrugada de ayer liberaron a los seis rehenes, entre ellos los tres niños, “que quedaron bastante traumados por la situación que vivieron”, aseguró otro investigador.

Gómez Barbella ordenó el secuestro de la camioneta utilizada para transportar a los rehenes, ante la posibilidad de que haya quedado en ella algún rastro o huellas de los captores.

También solicitó videos de las cámaras de seguridad que hayan podido registrar a los secuestradores y sus movimientos, además del análisis de una serie de comunicaciones.

Los investigadores no descartan que la banda haya ingresado por la puerta principal del country durante el fin de semana, aprovechando la gran cantidad que accede al lugar ya que hay canchas de tenis, fútbol y hockey.

“Esto nunca pasó”, dijo un vecino. “Hay cámaras de seguridad, hay cerco eléctrico, todavía no se sabe por dónde pudieron haber entrado.”

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La entrada del Cissab por donde salieron los secuestrados.
 
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