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Un joven de 20 años quedó detenido acusado de haber ingresado a una casa del barrio porteño de Villa Lugano, donde primero maniató a la dueña y luego abusó sexualmente de la hija adolescente y de una amiga de ésta. El violador también aprovechó para robar tres teléfonos celulares y otros elementos de valor, tras lo cual huyó. Lo curioso es que el individuo entró a un dormitorio por la ventana a cara descubierta, y la propietaria llegó a reconocerlo, pero luego se colocó una capucha para violar a las adolescentes en otra habitación. Después de ser señalado como autor de los hechos, fue atacado a golpes por un grupo de vecinos, quienes lo subieron a un auto y lo entregaron a la comisaría.

El episodio comenzó cerca de las 5 de la madrugada del domingo pasado cuando el hombre ingresó subrepticiamente a una casa de la manzana 4 del Barrio Inta (ex villa 19). Una vez adentro, el intruso despertó a la dueña de casa, que se encontraba durmiendo en uno de los cuartos, la amenazó con un cuchillo y posteriormente la maniató.

Seguidamente se cubrió el rostro con una capucha, se dirigió a otra habitación y sorprendió a la hija de la dueña de casa, de 16 años, quien se encontraba conversando con una amiga de 17; a ambas también las amenazó de muerte y las obligó a mantener silencio. El agresor las desnudó, las ató y se fue alternando para someter sexualmente a ambas adolescentes, tras lo cual les robó los celulares. Finalmente escapó de manera furtiva por donde había entrado.

La propia dueña de casa fue quien identificó al joven que entró a su casa a cara descubierta y la dejó atada antes de abusar de su hija y de la amiga. González es conocido en el barrio por el apodo de Pipo y, según explicó uno de los investigadores, “sólo la mujer le vio la cara al entrar a la casa; para violar a las chicas ya se había ocultado el rostro”.