SOCIEDAD
Puerta abierta para la epidemia
Un estudio en Jujuy mostró que sobre 296 casas, en 198 estaba el mosquito “Aedes aegypti”, trasmisor del dengue. El director de Epidemiología sostuvo que están dadas las condiciones para la epidemia. El cuadro es similar en otras provincias.
Por Pedro Lipcovich
“Están dadas las condiciones para una epidemia de dengue”: así lo sostuvo, para una de las zonas rojas de la provincia de Jujuy, el director de Epidemiología de esa provincia, pero la afirmación podría ser válida para gran parte del norte argentino. Las condiciones son, por una parte, la presencia del mosquito trasmisor; por otra, el avance de la enfermedad desde países vecinos, especialmente Brasil, donde la cantidad de enfermos ha subido exponencialmente en las últimas semanas. Así las cosas, aparecieron los marines: entró en vigencia en la provincia de Misiones un convenio con una unidad de la marina norteamericana, que entregará insumos y capacitación a cambio de información epidemiológica.
Un relevamiento efectuado en la ciudad de Libertador General San Martín, a 110 kilómetros al este de la capital jujeña, indicó que, de 296 casas, en 198 se detectó la presencia del mosquito Aedes aegypti, trasmisor del dengue. “Estos resultados son alarmantes”, advirtió Carlos Ripoll, director de Epidemiología de la provincia de Jujuy, y señaló que “están dadas las condiciones para una epidemia”. En Salta, Alberto Gentile, director de Epidemiología provincial, anunció que “se puede desatar una verdadera epidemia en la zona de Orán y Tartagal” debido a su proximidad con zonas infectadas en Paraguay y Bolivia y la presencia del vector.
En Misiones, “tenemos una de las zonas epidemiológicamente más calientes” dijo a este diario Telmo Albrecht, ministro de Salud de esa provincia, refiriéndose a “la triple frontera, que abarca Puerto Iguazú, Foz de Iguazú en Brasil y Ciudad del Este en Paraguay. En esa franja vive un millón de personas, con mucho movimiento migratorio y clima muy húmedo. Hasta ahora no hemos tenido casos autóctonos, pero sólo falta que un mosquito pique a una persona infectada para que empiece la trasmisión”.
En el marco del “Programa Vigía” (de Vigilancia y Control de las Enfermedades Contagiosas, financiado por un préstamo de 53,5 millones de dólares del Banco Mundial), el Ministerio de Salud de la Nación formalizó un convenio con la base de la marina norteamericana en El Callao, Perú: “Enviarán a Misiones, como también a la provincia de Formosa, equipos e insumos para diagnóstico rápido, y capacitarán a una de nuestras bioquímicas que se instalará en Puerto Iguazú; esto permitirá hacer allí los análisis que debían enviarse a Posadas o a Buenos Aires”, explicó Albrecht.
A cambio, esas provincias suministrarán información epidemiológica, “que por lo demás, y según normas de la Organización Mundial de la Salud, tenemos el deber de proporcionar a todo país que la requiera”, aclaró el ministro de Salud misionero. Un dato importantísimo es a qué cepa pertenece el virus en cada enfermo. En Sudamérica circulan tres cepas del dengue; y sucede que, cuando una persona padeció ya la enfermedad causada por las cepas 1 o 2 y vuelve a contagiarse pero con la cepa 3, puede contraer el dengue hemorrágico, forma más grave que, si no es tratada bien y a tiempo, llega a ser fatal.
“Los casos que tuvimos en Misiones, siempre por contagio en países vecinos, fueron sobre todo por la cepa 1 y excepcionalmente por la cepa 2, que circuló en Paraguay. Pero este año apareció uno por cepa 3: era una persona que había venido desde Río de Janeiro en ómnibus. Por suerte lo diagnosticamos a tiempo, lo aislamos y fumigamos toda la manzana donde vivía, de modo que la enfermedad no se propagó”, contó Albrecht.
En el estado de Río Janeiro, Brasil, ayer el número de muertos llegó a 39, superando largamente los 24 de la gran epidemia de 1991. La mayoría fallecieron por dengue hemorrágico pero por lo menos 11 por dengue clásico mal atendido. En Chile se produjo el primer caso de dengue autóctono aunque en la Isla de Pascua, a 3500 kilómetros del continente.