Durante la semana, hasta el viernes próximo, en tres turnos de media hora (18.30 a 19, 21 a 21.30 y 23.30 a 0), los detenidos del penal de Devoto realizan sendas jornadas de batucada. Como aclaración, hay que agregar que una batucada es una manera pacífica de protestar y reclamar, sin poner en peligro vidas, especialmente la de quienes están en peligro, habitualmente, los presos. En este caso, la batucada fue lanzada desde el Centro Universitario de Devoto (CUD) y el Sindicato Unico de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (SUTPLA), con una serie de reclamos históricos y sencillos si se piensa que tienen relación con cuestiones que ya están establecidas en la letra de la ley y la Constitución.

Curiosa paradoja, una semana antes de la presentación del reclamo, el Servicio Penitenciario Federal realizó un allanamiento al CUD. “No avisaron a la UBA –dijo a Página/12 Daniel Varela, ex coordinador de Psicología en el CUD y actualmente abogado e integrante de la Campaña contra la Violencia Institucional–, aunque es un espacio con autonomía universitaria. Nada menos que a las 19.” ¿Qué importancia tendrá que sea a las 19? “El último alumno se retira a las 18. No había orden judicial, no había testigos”. Lo que dijo Varela es que el allanamiento al CUD fue un operativo de jardinería, plantado de pruebas. Los medios y periodistas que lo reprodujeron toman como fuente al principal interesado en que no se presenten los reclamos, con lo que tornan en absurda su propia información.

En qué consiste el reclamo que las batucadas intentarán levantar por encima del ruido de la información periodística. Un comunicado que circuló entre los diferentes pabellones de Devoto ponía el acento en el modo del reclamo pacífico. El pedido básico: “que se pongan en funcionamiento los otros dos juzgados de ejecución (son cinco y funcionan tres) que deberían estar abiertos hace más de 15 años. A la fecha, los tres que funcionan atienden cada uno alrededor de un millar de causas distribuidas en todas las cárceles federales del país. Los dos juzgados faltantes ya tienen jueces nombrados, pero no tienen sede. Recientemente, una de las juezas concursadas, Vilma Bisceglia, ofreció como tribunal el espacio de su casa para dar una idea del absurdo que se vive.

Además de la habilitación de los dos juzgados, reclaman que se cumplan con los habeas corpus (responsabilidad compartida del SPF con los jueces); mesas de trabajo regulares con autoridades del Ministerio de Justicia, organizaciones y delegados; ampliación del CUD que ya no da abasto (ofrecen ellos su propia mano de obra y financiar la obra con su propio sueldo); proponen críticas humanas al proyecto de reforma del SPF presentado por el gobierno de Cambiemos; se reparen los baños de las visitas; piden aplicación de la ley de Educación; superar la precariedad de los talleres; otorgar diplomas por los aprendizajes en vistas a fuentes laborales externas.

“Datos a conocer y a tener en cuenta –sostiene un comunicado–; se triplicó la población carcelaria en 22 años. De los actuales detenidos, el 94 por ciento de esa población es Argentina (...) para desmitificar que los inmigrantes son un actor importante en este problema. Otro punto clave a destacar es que hemos llegado al tope histórico de años en la escala penal y que también llegamos al tope máximo de población carcelaria. En este contexto, se han registrado más de 2.074 casos por torturas y malos tratos (Registro Nacional de Tortura) y que es por ello nos ha despertado el deseo de querer subsanar estas fallas realizando un minucioso análisis de varios aspectos de la ejecución penal con el fin de que la pena no sea un simple castigo sino que tenga un final real resocializador.”

Hoy, para dar fuerza a las batucadas, una serie de agrupaciones se concentrará frente al penal de Devoto, Bermúdez 2651, a las 17 para manifestar su apoyo, entre ellas Sutpla, Movimiento Evita, Familiares de China Cuellar, Campaña Nacional contra la Violencia Institucional, Limando rejas y otras.

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