SOCIEDAD › RESULTADO DE UN ESTUDIO EN EL POLO PETROQUIMICO
Gas cancerígeno en Dock Sud
Un estudio realizado en los últimos tres meses en los alrededores del Polo Petroquímico de Dock Sud, en el partido bonaerense de Avellaneda, permitió detectar en el lugar la existencia de emanaciones de gases cancerígenos, como el benceno. Sin embargo, los especialistas aclararon que las mediciones no permiten determinar si esas emanaciones afectan la salud de la población. Algo que no dejó muy tranquilos a los vecinos de la zona, que estuvieron presentes durante la presentación del informe: consideraron que el estudio “no es completo y no responde a las expectativas” que tenían, a raíz de los casos de cáncer, problemas de piel y broncopulmonares que se registraron en la zona.
El estudio, financiado por el gobierno del Japón, fue presentado ayer en la sede de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, con la participación de autoridades del área de medio ambiente porteñas, bonaerenses y del municipio de Avellaneda. Se llevó a cabo después de numerosos reclamos de vecinos de Dock Sud, que atribuyen a estas emanaciones las afecciones respiratorias y cutáneas que sufren pobladores de la zona. En el Polo Petroquímico funcionan destilerías de Shell, DAPSA y Meranol.
Según aclararon los técnicos, “este estudio sólo es parte de una primera etapa” del plan piloto que deberá continuar con controles de la calidad del aire, con la instalación de una “red de monitoreo” que incluirá “una central de operaciones, dos estaciones de monitoreo, una red de censores de alarma e instrumental portátil y una estación meteorológica”.
El estudio se hizo entre octubre de 2001 y febrero de este año mediante la medición de los gases provenientes de 29 chimeneas de las plantas petroquímicas y térmicas de la zona. También incluyó mediciones de contaminación provocada por emanaciones de autos, camiones y buques que arriban a Dock Sud.
El informe señala que existen emanaciones de ácido sulfhídrico, óxido de azufre, óxido de nitrógeno y metano, “que no superan los límites establecidos por la legislación de la provincia de Buenos Aires”. Sin embargo, solo ante las preguntas de periodistas y vecinos, los técnicos admitieron que “en algunos lugares encontramos la existencia de concentraciones que podemos considerar altas” de benceno, un gas considerado como cancerígeno.