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Tocó el timbre de un chalet de Las Cañitas a las 14.40. Ante la voz del pequeño que lo atendió se presentó como uno de los clásicos vendedores ambulantes. La oferta era de “artículos de limpieza para el baño”. El niño abrió, pero el joven de 19 años, en lugar de jabones o una promoción de desodorantes, le mostró un cuchillo. Lo que siguió terminó más tarde frente a las cámaras de televisión como una espectacular toma de rehenes, aunque sólo se trató de un intento de robo.
El caso empezó y terminó en diez minutos. El falso vendedor entró a la casa de Arévalo al 2900, detrás del niño, y amenazando con el cuchillo pidió “toda la plata” a los cuatro mayores y cinco menores que había en el interior. Diez minutos después, un móvil de la 31ª se detenía en la puerta, alertado por un vecino. Los policías entraron y atraparon al muchacho. Más tarde, el subcomisario Julio González de la 31ª salió a bajarle el tono al espanto: “Al detenido –dijo– se le secuestró un cuchillo, zapatillas y dinero. No hubo ni personas lesionadas, ni tomas de rehenes”. El muchacho de 19 años permanecía detenido anoche en la comisaría.