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Un ex médico de la Policía Bonaerense, que se encuentra prófugo de la Justicia, fue condenado ayer a reclusión perpetua por contratar a un sicario para matar a su ex esposa hace cuatro años. El killer, que está detenido desde 2000, fue sentenciado a prisión perpetua. La Justicia consideró que el ex marido había ordenado el crimen porque su ex esposa le había ganado un juicio por alimentos por la hija que tenían en común, que hoy tiene 11 años. La decisión fue tomada ayer por un tribunal oral de Mercedes, luego de analizar las pruebas y los testimonios que constan en la causa por el crimen de Ana María Domínguez, ocurrido en el año 2000.
Chaín es médico, veterinario, anestesista y perteneció a la Policía Bonaerense como médico forense, fue subdirector de la colonia neuropsiquiátrica de Open Door y funcionario de la Municipalidad de Luján.
Tal como lo había solicitado el fiscal Juan Manuel Mastrorili, el tribunal condenó al ex esposo de la víctima, José Chaín, de 46 años, a reclusión perpetua por “instigador de homicidio por promesa remunerativa”. La misma condena había sido pedida para el sicario, Carlos Martín Sayavedra, aunque los jueces resolvieron condenarlo a prisión perpetua al considerarlo culpable de “robo simple y homicidio agravado por promesa remunerativa”. Ahora, los condenados tienen 20 días para presentar un recurso de casación.
El tribunal que enjuició a Sayavedra y Chaín estuvo integrado por los jueces Fernando Busto Berrando y Graciela Larroque. La causa había sido elevada a juicio oral y público en junio pasado. Al que Chaín jamás concurrió. Es que el médico gozaba de libertad morigerada y por eso no estaba detenido mientras no se llegara a un veredicto.
“Se demostró que la causa de la muerte fue que Domínguez había intimado a Chaín a pagarle el juicio por alimentos. También se confirmó que la relación entre Chaín y Sayavedra no era ocasional y que Chaín golpeaba a su ex mujer y la había amenazado de muerte”, informó a este diario el abogado de José Almeida, Roberto Damboriana.
La historia comenzó el 10 de abril de 2000, en Villa Zapiola, en Luján. A las 16.30 de ese día, el cuadro que encontró José Almeida, al llegar a su casa, fue trágico. Su pareja, Ana María Domínguez, estaba en la cama, asesinada. A la cabecera se encontraba su hija de siete meses, que lloraba en forma desesperada. Domínguez fue paralizada por una descarga eléctrica y luego murió por asfixia cuando el sicario le aplastó el rostro con una almohada. “Mi hija se convertía a esa escasa edad en la única testigo de la muerte de su madre”, contó Almeida.
Aquella tarde, el killer se retiró del lugar, llevándose como botín una cámara de video. A esa altura, el encargo de Chaín había sido cumplido. Es que cinco días antes, algo había alterado al ex marido de la mujer: la Justicia la había favorecido en una demanda contra Chaín para que se hiciera cargo de los alimentos de la hija que habían tenido ambos. La medida disponía que Chaín debía pagar a Domínguez 15 mil pesos en concepto de obligaciones demoradas y otros 800 pesos por mes.
Dos días después de la muerte, Carlos Martín Sayavedra, alias “Perita”, fue detenido. Y declaró ante la Justicia que ese día estuvo en la casa de Domínguez y que lo había enviado José Chaín. Pero negó haberla matado. Y añadió que había entrado al lugar sólo para llevarse, a pedido de Chaín, una documentación vinculada con el juicio por alimentos y que por ese trabajo Chaín le pagó 1300 pesos.
En aquella indagatoria, Sayavedra señaló al fiscal que el médico le había confiado que tenía “problemas con su ex mujer”, al punto de que el hombre dijo de su ex esposa: “Me tiene cansado, en cualquier momento la voy a matar”. El killer declaró que ya había realizado otros “trabajos” para Chaín. Le había volcado removedor a la camioneta de Almeida y había forzado la puerta de la casa a nombre de Chaín donde siguió viviendo por un tiempo Domínguez tras la separación.
En la investigación del caso, se comprobó que horas antes de la muerte de la mujer el médico hizo una extracción de 1000 pesos en un cajero; quemucha gente conocía la mala relación de la ex pareja, que Chaín amenazaba a su ex mujer e incluso hubo quienes mencionaron el temor de la mujer a que la matara. Y que la hija de ambos refirió que años atrás, en la casa familiar, el padre disparó dos tiros contra la madre que no llegaron a herirla.
En mayo de 2000, Chaín fue detenido e interrogado. Pero el médico negó todos los cargos. Estuvo dos meses en la cárcel, hasta que la Justicia de Mercedes lo benefició con la morigeración de la prisión preventiva y pudo salir en libertad hasta el juicio oral, al que jamás se presentó.
“Mi esposa era maravillosa y teníamos una familia hermosa”, señaló Almeida, quien convivía hacía más de dos años con Domínguez y juntos tenían una hija de 7 meses. El matrimonio entre Chaín y Domínguez se inició en 1988. En 1993 tuvieron una hija, que ahora tiene 11 años y vive con sus abuelos maternos. Cuando la niña nació, Chaín abandonó a Domínguez. Luego volvieron a convivir hasta que en 1997 la mujer decidió dar por finalizada la relación. Tiempo más tarde, Domínguez se unió a Almeida y formaron una familia que hasta el 10 de abril de 2000 estaba integrada por Domínguez, Almeida, la hija de ambos y la hija de Chaín y Domínguez.
“Esta condena me dio satisfacción y también mucha pena porque no tengo nada que festejar. Ha sido una lucha tremenda. Ana María era una mujer que había sufrido mucho en la vida. Era una mujer espléndida, con dos hijas hermosas, con un marido que hasta el último momento estuvo con ella”, dijo Almeida.

Informe: Silvia Marchant.