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La Capital Federal y el norte del conurbano bonaerense amanecieron ayer cubiertas de humo a causa de un incendio de cañas y pastos en una isla del Delta. El incendio, iniciado sobre la costa sur de la provincia de Entre Ríos, a 125 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, cubrió el área hasta el mediodía, cuando empezó a soplar el viento norte.
Fue su ausencia la que propició el curioso fenómeno, que comenzó a verse –y hasta olerse, según narices privilegiadas– hacia las cinco de la mañana. El cielo tomó un sugestivo tono marrón que se expandió hasta Ramos Mejía en el oeste; en Tigre, Don Torcuato y San Fernando en el norte, y en Quilmes, Lomas de Zamora y Berazategui, en el sur del conurbano. Mario Ferrari, jefe de la subprefectura Guazú-Guazucito, señaló que todo se originó “en una isla a la altura del kilómetro 135 del río Paraná Guazú”, sobre una zona de quintas, por los que se piensa que fue intencional.
La visibilidad, que por lo general es de diez kilómetros, se redujo a ocho. A esto habrían contribuido dos incendios, uno ocurrido en Flores y otro en Mataderos, según estipuló Guillermo Losada, jefe de Prensa de la Fuerza Aérea.