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Los promotores del verano auspician una temporada buena. Un flujo turístico recuperado de la crisis de 2001, y en alza. Aunque las vacaciones aún son un bien escaso y para pocos, la última estimación de la Secretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires indica que la población dispuesta a tomarse vacaciones creció un 5 por ciento respecto de los que tenían esa intención el año pasado. La muestra representa un universo de 8,5 millones de personas y fue realizada en los principales centros emisores de turismo del país. Según esos datos, de ese total se irán de vacaciones 1.800.000 personas. Las estadías promedio serán de 15 días, dos más que la temporada pasada. Y los gastos per cápita subirán al compás del aumento de precios. Aunque están preocupados por la fuga de turistas hacia Brasil o a las costas uruguayas, los cálculos prevén que del 1.800.000 turistas se irá afuera sólo un 6,9 por ciento. En el medio, la máquina del verano se puso en marcha con un rasgo de época: sustentable y exportable. Habrá playas con sello de calidad y “exportables”, un point de seguridad para extranjeros (ver aparte), termas marinas en San Clemente y más vuelos comerciales por semana.
El movimiento turístico proyectado para la temporada 2005 se estudia desde los primeros días de noviembre. A pedido de la Secretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires, la consultora Ayala hizo dos mediciones, una en noviembre y otra a comienzos de diciembre. Sondeó 800 casos sobre un universo de 8,5 millones de personas de las principales ciudades emisoras de turismo: Neuquén capital, Mendoza y Gran Mendoza; Rosario, Córdoba, Paraná y sus alrededores; Capital Federal, La Plata y el primer cordón del conurbano bonaerense. Los resultados del muestreo retratan al próximo turista: anticipan hipótesis de dónde y cómo pasarán el verano.
Sobre el universo estudiado, 1.800.000 personas estarían dispuestas a tomarse vacaciones. Ese número implica un 5 por ciento más comparando igual período del año pasado. Un rotundo 52 por ciento no se iría de vacaciones y 30 por ciento aún “no sabe o no contesta”. Como sucede con los candidatos electorales, los autores del sondeo esperan con ansiedad la decisión de ese sector de “indecisos”: aunque es posible que la mitad no salga de paseo, si el resto lo hace generaría una explosión. Con cautela, uno de los analistas indicó: “Yo no hablaría aún de boom turístico, más bien diría que será una buena temporada. Buena y ‘creciendo’. Estamos como en los momentos previos a la crisis de diciembre de 2001, es más, hasta diría que con números un poquito mejores”.
Los destinos del alud de veraneantes serán, con preferencia, los 800 kilómetros de las arenosas playas de la Costa Atlántica bonaerense. Las proyecciones indican que un abultado 54 por ciento las elegiría como destino. En ese caso, Mar del Plata absorberá el 32 por ciento; el Partido de la Costa, el 35,2; Villa Gesell, 17,9 y Pinamar, Miramar y Necochea, 10,3.
La clase “exportable”, en cambio, se acerca al 10 por ciento. Aunque las estimaciones de los uruguayos son más alentadoras, el sondeo de la provincia señala al momento que sólo viajará a sus playas un 2,6 por ciento, siempre del 1,8 millón que vacacionará. Un histórico 4,3 por ciento, en cambio, se irá a Brasil, según las estimaciones y siempre acotado al universo sondeado. Esos parámetros aún pueden cambiar, pero el secretario de Turismo de la provincia de Buenos Aires, Miguel Angel Cuberos, está confiado: “Brasil sólo vende playa –dice–, mientras que nosotros tenemos una propuesta de balnearios con identidad y diferenciados”.
En el desafío por “lo diferente”, cada balneario hará una apuesta fuerte por ese plus de identidad: desde San Clemente, que a partir de ahora ofrecerá una alternativa de invierno con sus termas marinas, o Pinamar, cuyos expertos en “turismo aventura” siguen buscando médanos vírgenes para expandir las ya inexpandibles travesías en 4x4. “Nuestro desafío en ese sentido –insiste Cuberos– es convertir los puntos vacacionales en turísticos para romper con la estacionalidad.” Por eso, una empresa privada invertirá en el proyecto termal en San Clemente para el invierno y la Secretaría de Turismo pondrá trailers en los principales centros turísticos del verano para promocionar ofertas de turismo rural y medio día de campo en las zonas cercanas a la costa. Necochea, Gesell y Mar del Plata, en tanto, tendrán su propia búsqueda de originalidad: por primera vez abrirán tres balnearios para lograr el sello de calidad ambiental conocido en el mundo como blue flag (ver aparte).
Mientras algunas zonas costeras prueban alternativas, otros cosechan resultados de viejos ensayos. En puntos exclusivos de Pinamar, Cariló y Mar de las Pampas se empieza a notar la existencia de un “público cautivo”. “Es el público que en los ’90 viajaba al exterior, que conoció estos lugares y mantiene niveles de reserva de seis meses de anticipación”, indica Cuberos.
Otro de los datos sondeados por la encuesta fue el nivel de gastos. No serán iguales en toda la costa. Los departamentos de un ambiente promocionados en 440 pesos en Mar del Plata cuestan 1000 pesos en Valeria del Mar, 1200 en Ostende o 1100 en Miramar. Al calcular los gastos promedio por persona, la muestra arroja promedios: según los datos estarán en el orden de 35 y 40 pesos por día. Son 2 o 3 pesos más que el año pasado, con una estadía de 15 noches.
Los datos indican además que la costa tendrá unos 800 mil visitantes diarios en sus playas. Y que con un gasto entre 35 y 40 por día dejarán un estimado nada desdeñable de 2000 millones de pesos al cabo de 60 días. Son más billetes que los del año pasado. Una de las explicaciones es el aumento de precios. La provincia calcula un incremento promedio de entre 10 y 15 por ciento respecto de 2004, aunque en los sectores más exclusivos los precios habrían aumentado hasta un 30 por ciento. “El nivel de aumento coincide con el incremento del costo de vida, pero también –explica Cuberos– con las mejoras y las inversiones que hicieron este año los empresarios para prestar servicios.”