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Fue un robo con introducción: el miércoles a la noche, cuatro asaltantes se metieron en el terreno de un matrimonio de dos ancianos italianos, en Mar del Plata. Pero no ingresaron a la vivienda en ese momento sino que esperaron a la mañana siguiente, cuando los propietarios desconectaron la alarma. Los dos fueron golpeados y atados, y además les robaron trece mil dólares de una caja de seguridad empotrada en las paredes de su dormitorio de la casa de Río Hondo 671, del Barrio 180.
La noche previa al asalto, los ladrones la pasaron en un quincho edificado en el patio del terreno, donde la familia también construyó una especie de lavadero. Eran cerca de la ocho del jueves cuando Angela Morcella, de 71 años, se dispuso a lavar los platos allí. De repente, alguien que se acercó desde atrás le tapó la boca y la tiró al suelo.
Después la llevaron por la fuerza a la cocina, donde estaba Domingo Berardo, su esposo, de 75 años. Según relató la mujer, “nos golpearon, nos ataron con cables y nos amordazaron”. Los encerraron en el baño y se pusieron a revolver la casa en búsqueda de objetos de valor.
Así descubrieron una caja fuerte, empotrada en una de las paredes del cuarto matrimonial. Para llevársela, la arrancaron a martillazos. Ahí “había 13 mil dólares que habíamos podido sacar del banco cuando fue lo del corralito”, afirmó Morcella. Según fuentes policiales, los ladrones estuvieron en el lugar cerca de dos horas, un plazo en el que ningún vecino notó ruidos ni movimientos extraños.
El matrimonio contaba con ese dinero para concretar el proyecto de viajar a España y visitar a uno de sus hijos y a sus tres nietos, que viven en ese país desde hace tres años. Además de la caja, los ancianos dijeron que les robaron alhajas y otras pertenencias.
Según trascendió, los investigadores sospechan que la banda realizó una tarea de inteligencia previa al robo. El indicio en el que se basan es que los asaltantes fueron al lugar con elementos para atar a las víctimas. Aunque tanto el hombre como la mujer sufrieron algunos moretones por los golpes que les dieron los asaltantes, están físicamente bien.