SOCIEDAD › INEDITA EXPROPIACION EN UNA FABRICA DE LA MATANZA
Obreros con máquinas propias
Por Mariana Carbajal
En un hecho sin precedentes, la Municipalidad de La Matanza expropió las maquinarias de la metalúrgica La Baskonia, que está cerrada y en concurso de acreedores, para entregarlas a los 75 trabajadores que tienen ocupada la fábrica hace 118 días. Se trata del primer caso de un reconocimiento oficial a la estrategia de toma y mantenimiento de la fuente laboral. “La idea es que puedan empezar a trabajar como cooperativa”, explicó a Página/12 el intendente Alberto Balestrini. El siguiente paso para lograr ese objetivo es que la Legislatura bonaerense apruebe la expropiación del predio.
La expropiación de los bienes muebles de La Baskonia fue aprobada por el Concejo Deliberante de La Matanza el 30 de abril. La Municipalidad justificó la decisión en las atribuciones que le confiere la ley orgánica de municipalidades, y en la ordenanza que declaró la emergencia en el distrito, por la que se creó un comité de crisis para “afrontar la situación social y laboral”, y “la reapertura de fuentes de trabajo fue considerada prioritaria por las autoridades locales”. La comuna de La Matanza es acreedora en el concurso preventivo de la empresa por un monto de 800.000 pesos en materia de tasas y contribuciones. En la ordenanza que autoriza la expropiación se comunica al juez que actúa en la causa para que “disponga los medios necesarios que posibiliten la urgente toma de posesión de los bienes”. Además, el municipio puso a disposición de los trabajadores de La Baskonia “la ayuda social necesaria, así como la técnica, que permita presentar ante el juzgado un plan de factibilidad para reiniciar la producción”.
La tradicional metalúrgica, ubicada en la avenida Rojo 651, de Gregorio de Laferrère, se dedicaba a fabricar caños de hierro fundido, desagües, rejillas de alcantarillas y frenos de vagones de trenes. Luego de una larga crisis, quedó paralizada a fines del año pasado, cuando los trabajadores decidieron detener la producción y tomar la planta, ante los continuos incumplimientos de pago de parte de la patronal. “Su época de esplendor duró hasta que Obras Sanitarias –por entonces, su principal cliente– fue privatizada y Aguas Argentinas empezó a importar sus insumos”, recordó Carlos Gdansky, secretario de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de La Matanza, quien celebró la expropiación junto con los 75 empleados y sus familias.
La fábrica, ocupada, siguió el mismo camino que las plantas de Zanon y Brukman, donde los trabajadores llevan adelante estrategias alternativas para mantener la producción y garantizar las fuentes de trabajo mientras se resuelven los concursos de acreedores por vía judicial.