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Horas después de que la policía detuviera a un encapuchado que intentaba cortar los cables del teléfono en la vivienda del encargado de finanzas de la fábrica Zanón, en Neuquén, el dueño de casa junto a otro obrero de la empresa fueron raptados. El gremio denunció que el secuestrador también les robó aproximadamente 50 mil pesos. La fábrica está produciendo bajo control de los trabajadores y el dinero era para pagar los sueldos de una semana.
De acuerdo con el relato de los ceramistas, el sábado a las 5.30 de la mañana Miguel Vázquez, trabajador de Zanón y responsable de las finanzas de la firma, fue despertado por un llamado telefónico. Como los perros ladraban en la cuadra, se asomó para ver qué ocurría y detectó a un desconocido tratando de cortar los cables de teléfono y luz de su casa, por lo que llamó a la comisaría. La policía se presentó en el lugar donde detuvo a un encapuchado al que le encontraron “herramientas, alicates, barretas y precintos para maniatar”, agregó Raúl Godoy, titular del gremio a los medios locales.
Minutos después de que se retirara el patrullero, un segundo hombre, que había sido visto curioseando durante el operativo policial, se metió en la casa de Vázquez. “Con un arma 9 milímetros tomó de rehén a la familia, obligándolos a esperar la llegada de otro compañero que tenía que pasar a buscarlo (a Vázquez) para ir a la fábrica”, detallan los trabajadores en un comunicado de prensa.
Una vez que el compañero de Vázquez llegó, el secuestrador ordenó a ambos subir a un automóvil. Más tarde los abandonó en un paraje denominado “el picadero”, ubicado cerca del mercado concentrador, llevándose los casi 50 mil pesos de los sueldos.
Vázquez dijo que durante las tres horas que duró el episodio, el raptor los amenazó con frases tales como “zurdos hijos de puta” y “lo que están haciendo en la fábrica son puras cagadas y lo van a pagar”. Los abogados de los trabajadores anticiparon que presentarán una denuncia por “robo y persecución ideológica”, ya que consideran la acción como parte de una escalada de “amenazas, aprietes y prácticas típicas de la mafia y los servicios que se suman a las amenazas de muerte recibidas por el secretario general Raúl Godoy y al intento de secuestro al secretario de prensa del gremio Juan Carlos Acuña, ya denunciados ante la Justicia”.
Godoy vinculó estos aprietes a ex trabajadores de Zanón que son afines a la anterior conducción del gremio.
Las instalaciones de la fábrica están bajo control de los trabajadores, que además están haciéndola producir. Las conversaciones entre los dueños y el sindicato están congeladas. Los ceramistas reclaman el reconocimiento de la asamblea, de la comisión interna y del sindicato, a la vez que piden que se reconozca el trabajo de los obreros desde que la justicia local dictaminó el lockout (cierre de la firma por decisión patronal) y ellos mantuvieron abierta la empresa.