SOCIEDAD

Ni un solo rastro de Fernanda al
cumplirse un año de su desaparición

En San Benito, el pueblo de Fernanda Aguirre, se realizarán marchas y misas. Su madre aún espera encontrarla con vida. Se aguardan pericias sobre un trozo de madera y de algunos cabellos.

“Nosotros seguimos pensando que está viva.” María es la hermana de Fernanda Aguirre, la adolescente de 13 años que hace exactamente un año desapareció cuando caminaba hacia el puesto de flores de sus padres alrededor del cementerio del pueblo de San Benito, a unos 13 kilómetros de Paraná. A partir de las 7.30 de la mañana de hoy toda la comunidad de su pueblo se reunirá en la parroquia local para una jornada con marchas, una actividad con artistas y una caravana hasta el centro de la ciudad de Paraná. Piden justicia y la devolución de la nena, mientras el juez de la causa acaba de considerar públicamente que no sabe si busca a una nena viva o muerta.
El año pasado la causa de Fernanda comenzó como un caso policial con características de un secuestro pero rápidamente derivó hacia la búsqueda de posibles redes clandestinas de prostitución de menores, uno de los circuitos donde su familia aún espera hallarla con vida.
“Nos siguen llamando”, dice María ante una consulta de este diario. “Nos dicen que vieron a Fernanda acá o en otro lugar, el último fue la semana pasada, un hombre se presentó en casa para decirnos que a Fernanda la habían enterrado en un pozo.” Como sucedió con cada denuncia, su familia se comunicó inmediatamente con el juez de Paraná Héctor Toloy a cargo de la causa, para darle la noticia. El pozo estaba ubicado apenas a 40 metros de la casa donde vivía Miguel Angel Lencina, el hombre que había sido detenido como presunto autor del secuestro de la nena y que terminó ahorcado en su prisión. Toloy ordenó el rastrillaje en la zona el sábado pasado pero no aparecieron rastros de la nena.
Hoy cuando comience el día, a las 7.30 de la mañana su familia se reunirá en la parroquia del pueblo con sus vecinos para “adorar al Santísimo”, explicó María. A las 10.30, en cambio, caminarán unas diez cuadras desde las calles linderas al cementerio de San Benito, donde desapareció la nena, hasta la parroquia donde se hará una misa. Después de la caravana hacia Paraná prevista para las tres de la tarde, terminarán la jornada con una exposición de artistas en el centro de la ciudad.
“¿Qué pedimos?”, pregunta María. “Justicia.”
María Inés Cabrol, la mamá de Fernanda, lo dijo a su manera. Explicó que ya no sabe en quién confiar ni en quién creer. Pidió que si alguien sabe algo de su hija se comunique directamente con ella al teléfono 0343-4973342 “y no con la policía”. No le tiene confianza, explicó, por las demoras. Está dispuesta a todo, les dijo a sus captores. “Estoy dispuesta a pagar lo que sea para lograr que ella esté nuevamente con nosotros. Dispuesta a dar la vida por eso.”
También el juez de la causa habló de la investigación: “No hay ningún elemento que lleve a alguna de las dos conclusiones posibles: que esté con vida o no. En la causa no hemos llegado a determinar con precisión qué es lo que pasó con Fernanda tras su secuestro, eso quiere decir que la chica puede estar viva o no”. Se está “cerca de todo”, dijo Toloy, que espera un “golpe de suerte” para aclarar lo que sucedió.
En este momento la familia espera un nuevo informe de los peritos del Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos sobre un posible mensaje de Fernanda hallado en la localidad bonaerense de Merlo en el mes de enero, aunque el fiscal lo recibió hace apenas unos días. Es un mensaje escrito sobre un trozo de madera, como aquel que había aparecido en un papel tirado en los alrededores de las termas de Río Hondo de Santiago del Estero. Esta nueva evidencia, dijo Toloy, se envió para cotejar con cuadernos de Fernanda que están en poder de peritos del Superior Tribunal. Según el juez, es de difícil estudio porque la madera no permite analizar algunas precisiones caligráficas.
En ese mismo compás de espera se encuentra el resultado de un estudio de cabellos hallados en el auto de un familiar de la esposa de Raúl Monzón, un primo de Lencina que estuvo detenido y ahora está libre por falta de mérito. De acuerdo con el juez, “son morfológicamente iguales a los de Fernanda, es decir que la cutícula, el grosor y el color son iguales a los que proporcionó la madre de la chica”. Por esa razón los mandaron al laboratorio del Servicio de Huellas Digitales y Genéticas de la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a cargo de Daniel Corach. Ahora todos esperan los resultados.

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Ninguno de los rastrillajes tuvo éxito. El último, en un aljibe a 40 metros de lo de Lencina.
 
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