SOCIEDAD › PARA EL FISCAL, CARRASCOSA DEBE ESTAR PRESO

Viudo con pedido de detención

Horas después del fallo que revocó la falta de mérito, el fiscal Diego Molina Pico pidió la detención de quien considera el principal acusado por el crimen de María Marta García Belsunce.

 Por Eduardo Videla

El viudo Carlos Carrascosa está a un paso de volver a prisión. Ayer, el fiscal Diego Molina Pico pidió la detención del viudo, a quien considera el principal responsable del crimen de su esposa, María Marta García Belsunce. El fiscal hizo su reclamo apenas unas horas después de notificarse del fallo de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro, que revocó la falta de mérito y cese de la prisión preventiva que, hace más de un año, había dispuesto el juez Diego Barroetaveña. En un durísimo fallo, la Cámara calificó aquella resolución de Barroetaveña como producto de “un razonamiento viciado por la incoherencia”.
El juez de Garantías Diego Martínez tiene tres días para decidir si acepta o rechaza el pedido de Molina Pico. Martínez subroga al juez original de la causa, Diego Barroetaveña, quien dejó vacante el juzgado en junio último, cuando fue ascendido a miembro de un tribunal oral porteño.
Se estima que el nuevo abogado defensor de Carrascosa, Alberto Cafetzoglus, presente un pedido de eximición de prisión o apele la resolución de la Cámara ante Casación.
Carrascosa estuvo detenido poco más de un mes, hasta mayo de 2003, cuando Barroetaveña dispuso su libertad bajo fianza. El mismo juez que le había dictado la prisión preventiva por el homicidio de su esposa, un año después dejó sin efecto esa medida. Ahora, a casi tres años del crimen de María Marta, la Cámara revocó aquella resolución.
En su fallo, los camaristas cuestionan la última decisión de Barroetaveña, quien para revocar la prisión preventiva de Carrascosa desestimó los mismos testimonios que había usado para procesarlo por homicidio: los de la empleada doméstica del matrimonio Bártoli, cuñados de Carrascosa; de la encargada del club house del country Carmel y de un mozo de la confitería de ese local. Los tres, con su declaración, habían desbaratado la coartada de Carrascosa.
En su resolución –a la que accedió Página/12– los camaristas Ernesto García Maañón y Oscar Quintana desestimaron las supuestas contradicciones entre las primeras declaraciones de esos tres testigos en el juzgado de San Isidro y las que brindaron después ante otro tribunal porteño, en una causa conexa, en las que se basó Barroetaveña para aliviar la situación de Carrascosa. Después de calificar como “leves” las discrepancias entre los testimonios, García Maañón afirma: “Escapa a mi comprensión que las declaraciones posteriores (de los testigos), las más alejadas de la fecha del hecho, tengan para el juez la entidad suficiente para desmerecer el valor de las primeras, que sirvieran de sustento” para la preventiva.
“O ha recepcionado pocos testimonios durante su carrera judicial o no ha aplicado las reglas de la lógica, la psicología y la experiencia común (...) que regulan el correcto discurso de la mente en sus operaciones intelectivas”, concluyeron los jueces.
Los camaristas, además, cuestionan otros puntos del fallo de Barroetaveña:

- El juez desmereció la pericia realizada en el cuerpo de la víctima que determinó la existencia de cianoacrilato (empleado en la fabricación de pegamentos), a partir de los informes de autopsia de médicos de otra jurisdicción, que declararon en una causa por un certificado de defunción falso. Se supone que el pegamento había sido utilizado por quienes encubrieron el crimen para cerrar las heridas de bala y simular un accidente. En el segundo examen no se detectó el pegamento –concluyen los camaristas– porque el material había sido destruido en la primera autopsia.

- Los camaristas toman en cuenta las primeras sospechas de Barroetaveña, como el intento por impedir la autopsia; la falta de notificación al Incucai, pese a que María Marta era donante y que Carrascosa tenía instrucción en el manejo de armas, lo que hace poco creíble que confunda un plomo deformado con un pituto y lo arroje por el inodoro.

- Finalmente, consideraron que Carrascosa “no dio una explicación plausible sobre” la evidencia de que “hubo un tiempo de aproximadamente 23 minutos durante los cuales María Marta aún se encontraba con vida”.
El fallo fue una suerte de revancha para el fiscal Molina Pico, que había sido apartado de la causa por Barroetaveña, en el mismo fallo en que le revocó la preventiva a Carrascosa. El fiscal volvió a la causa a partir de una resolución de la Cámara de Casación bonaerense. Y ahora la Cámara de San Isidro hace caer la revocatoria de la prisión.
María Marta García Belsunce fue asesinada el 27 de octubre de 2002, de cinco balazos en el cráneo. Hasta donde se sabe, el primero en ver el cadáver fue su esposo. Ese día, la familia sostuvo que la mujer había muerto en un accidente, al caer en el baño de su casa.
Ahora, después de casi tres años, la resolución de la Cámara generó expectativas entre quienes fueron allegados a la víctima. “Estaba desilusionada por el actuar de la Justicia, pero esta medida es un empujón a la esperanza”, dijo Susan Murray, de la organización Missing Children.

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Carlos Carrascosa estuvo preso un mes y luego fue liberado y desprocesado por Barroetaveña.
 
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