SOCIEDAD › LOS PODEROSOS QUE BUSCAN PROTEGERSE DEL DELITO

“Están muy sensibilizados”

Sospechas, pánico, estupor. Los rumores corren como reguero de pólvora por los pasillos de las empresas y las calles de los countries. El miedo invade puertas adentro las casas de ricos y famosos, y el olor a secuestro express se siente... cada vez más cerca. Según los expertos, la ola maldita, que sólo en Capital registraría un caso cada 36 horas, ha sensibilizado en forma notoria a empresarios y personajes pasibles de integrar la denominada “clase ABC1”. “Para colmo, ahora se suma el temor por los chicos, que no hace más que aumentar la paranoia existente”, comentó a Página/12 Miguel Angel Martín, titular del Instituto Argentino de Negociación Conciliación y Arbitraje (Ianca).
Desde diciembre del año pasado –cuando los causantes del terror eran los piqueteros, los saqueadores y los grupos de desocupados que exigían comida a los supermercados– la gente del Ianca coordina congresos y seminarios para empresas, miembros de countries y consorcistas de edificios caros en los que se encarga de formar a sus clientes en “autorresguardo ante los delitos”. Con recomendaciones del tipo “No se distraiga, observe las personas en sus proximidades y no pierda contacto con sus efectos personales”, enseñan a sus asustados alumnos a prevenir el delito y actuar “como un profesional” en caso de ser víctima de uno.
“En el último mes, la cantidad de clientes aumentó considerablemente. Tuvimos más pedidos de charlas y ésa es una clara muestra de que la gente está más sensibilizada”, aseguró Martín, quien detalló que “lo que más se nota es que pasamos de un fenómeno de negación, por el que la mayoría pensaba que se trataba de casos aislados que nunca le iban a tocar, a un fenómeno de pánico por el que todos creen que tarde o temprano les puede pasar”.
Hasta ahora, el perfil del “secuestrado tipo” no cambió a pesar de la explosión de hechos: hombres de alrededor de 30 años, empresarios o gerentes, manejando su auto o estando en su casa por la tarde, lideran la lista de víctimas. Sin embargo, el frustrado caso Fullop-Sabatini, más los dos ocurridos en los últimos días con adolescentes en el conurbano bonaerense, reavivaron otro fantasma: el rapto de niños es una posibilidad latente. Es que, como explicó Martín, “son un blanco ideal para los delincuentes: van más desatentos por la calle, son más maleables, se olvidan más de los detalles sobre lo que pasó y, principalmente, causan más desesperación en la familia, con lo que es más probable que se pague bien por su rescate”.

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