“Una presentación espontánea de los jóvenes sospechosos de la muerte de Ariel Malvino atenuaría las penas e, incluso, evitaría la prisión preventiva, que se hará efectiva luego de la toma de las declaraciones”, dijo el subjefe de la policía del estado brasileño de Santa Catarina, Juares de Medeiro. A modo de lo que parecería ser una estrategia judicial, los padres de los jóvenes acusados respondieron que “faltan garantías procesales” en la causa como para que sus hijos se presenten por sus propios medios. La jueza brasileña Eliane Adolfo Cardozo Luis firmó ayer la orden para remitir a la Justicia federal de Corrientes los interrogatorios a los que deberán ser sometidos los siete sospechosos de la muerte del joven de 21 años en Ferrugem. Recién a fines de la semana próxima el escrito de rogatoria llegaría a Corrientes.

El jefe policial Juares de Medeiro opinó que “sería trascendente” la presentación espontánea de los dos principales sospechosos, “porque ello permitiría un mejor encuadre de la acusación, haría probable una reducción de la pena y, principalmente, evitaría la prisión preventiva”.

“Si bien no hay una identificación formal de los jóvenes que participaron de la pelea, se tienen precisiones en cuanto a las descripciones sobre los autores del hecho”, subrayó. Según las hipótesis que manejan desde Brasil, las miradas están puestas sobre Eduardo Braun Billinghurst y Horacio Pozo como “los responsables directos del hecho”.

En el escrito, al que la jueza Cardozo adjuntó una fotocopia de las actuaciones policiales realizadas en esa localidad balnearia del estado de Santa Catarina, se requiere además que el juez que quede a cargo de la diligencia procure obtener fotografías de los jóvenes correntinos para remitir a Brasil.

Según Cardozo “falta mucho para que termine el proceso”, al tiempo que explicó que ahora se evalúa la conformación del equipo de investigadores que viajará a Corrientes para participar de la diligencia.

Por otra parte, el abogado de la familia Malvino, Juan Carlos García Dietze, relató a Página/12 que “si bien está la sospecha concreta de que dentro del grupo de los siete jóvenes están los dos responsables directos” de la muerte de Ariel, “hay que manejar la ansiedad y esperar los resultados definitivos”.

También consideró que “cuando alguien está imputado de un delito es común escuchar decir que no hay garantías. Es un viejo discurso. Lo que acá se llama que no hay garantías es el miedo de quedar detenido, no confundamos miedo con falta de garantías” y agregó que “los padres de los jóvenes correntinos deberían llamar a sus hijos a decir la verdad”.

“En mi opinión, el juicio debería hacerse en el lugar donde ocurrieron los hechos. Hay muchos testigos en Brasil que ya declararon y otros que van apareciendo, tanto allá como en Argentina”, destacó, y contó que “los jóvenes sospechosos del crimen salieron de Brasil por un paso alternativo y poco conocido llamado Bernardo de Irigoyen, lo que no es un dato menor”.

A dos semanas del asesinato, cada vez son más los testigos que estuvieron la noche del 19 de enero en el bar donde Ariel fue asesinado que dan a conocer su versión. Ahora, la Justicia cuenta con dos nuevos testimonios de dos jóvenes que “podrían declarar y reconocer a los agresores”.

Mientras, en la ciudad de Corrientes, los rumores no paran de crecer. Para aventar los comentarios, el padre de Lautaro y Eduardo –este último sería uno de los más comprometidos con la muerte de Ariel, según manejan las autoridades desde Brasil–, Jorge Braun Billinghurst, volvió a defender a sus hijos y negó que tengan antecedentes policiales y, por sobre todas las cosas, que tengan vinculaciones con el poder.