Dos custodios fueron asesinados y un tercero se encuentra en grave estado al ser atacados a balazos en un semáforo del barrio de San José, en la localidad bonaerense de Temperley, por delincuentes muy bien armados que les robaron la recaudación que acababan de retirar de un frigorífico. Los delincuentes agarraron la bolsa sellada que contenía el dinero y escaparon, se estima, con unos 100 mil pesos.

El hecho ocurrió ayer alrededor de las 16, cuando los tres vigiladores privados de la empresa Codecop SRL, que iban en una camioneta Ford Eco Sport color gris, frenaron ante un semáforo en rojo cerca de la esquina de Pasco y Donato Alvarez, de esa localidad del partido de Lomas de Zamora, y fueron interceptados por un grupo de cuatro delincuentes. En ese momento, los custodios llegaron a sacar sus armas y disparar, pero la suerte no estuvo de su lado.

El gerente comercial de la empresa de seguridad, Carlos Cebayos, explicó a Página/12 que, en total, “eran alrededor de 12 los asaltantes y viajaban en tres autos: un Fiat Palio, un Chevrolet Astra y una 4x4 Dodge Cherokee”. “Cuatro de los que iban en el Palio se bajaron y empezaron a disparar con armas de grueso calibre; las balas atravesaron la chapa de la camioneta”, relató.

Federico Domínguez, de 57 años, iba de acompañante, y Norberto Riesco, de 49, era el conductor de la Eco Sport gris. Ambos fallecieron al instante tras recibir varios impactos de bala, entre ellos, disparos en la cabeza. El tercero, Ricardo Basello (43), quien viajaba en la parte de atrás, está internado en el hospital Interzonal de Termperley en “gravísimo estado y se está evaluando la posibilidad de un traslado, aunque por su cuadro es muy complicado”, contó Cebayos, y agregó: “Tiene un impacto en el parietal derecho, con pérdida de masa enfefálica, y tres en la espalda”.

Los tres vigiladores privados habían retirado una saca con dinero de la firma Criade, que tiene varios frigoríficos, uno de ellos en Temperley. Los hombres de Codecop venían realizando un circuito de recaudación que había comenzado en Roque Pérez, provincia de Buenos Aires. Cebayos destacó que, “según el relato de algunos vecinos, los asaltantes tenían armas de grueso calibre y les dispararon a un metro, aproximadamente”.