SOCIEDAD › UN EXPERTO ANALIZA EL MISTERIO DE LAS VACAS
Unas heridas bien terrenales
Mientras siguen apareciendo vacas extrañamente mutiladas, un especialista explica cómo es posible hacer cortes que no tienen sangre y están cauterizados. Sugiere que hay una organización.
Por Raúl Kollmann
El doctor Alejandro Martínez es el primer veterinario que sale con los tapones de punta contra la teoría de lo sobrenatural –desde la acción de extraterrestres a los mitológicos chupacabras– en el caso de las vacas que aparecieron muertas en las últimas semanas. Es tal la difusión de estas explicaciones irracionales en la zona que hasta el principal investigador policial del caso, el comisario mayor González de Trenque Lauquen, le dijo a Página/12 que “a estas vacas no las mataron con técnicas humanas”, en una suerte de adhesión oficial a que existe un elemento no terrenal. Martínez, que tiene una vastísima trayectoria en inmovilización de animales, señala que con un instrumento muy común en veterinaria, un termocauterio, se les pueden perfectamente cortar órganos como anos, mandíbulas y pezones a las vacas en el campo y cauterizar de inmediato esos cortes. “Con eso, se logra exactamente el efecto con el que aparecen estos animales”, sintetiza el veterinario. El profesional sugiere que hay una organización detrás de los hechos (ver aparte), aunque es un terreno en el que sólo se pueden esbozar hipótesis que habrá que comprobar en la investigación policial.
Martínez volvió hace poco al país después de trabajar diez años en España en el mundo de los toros de lidia, es decir los poderosos animales que enfrentan los toreros. En ese trabajo, la inmovilización del animal es la clave, ya que son toros de la máxima peligrosidad que matarían al hombre que se acerque a hacerles alguna operación. Las mismas técnicas se usan también en algunos casos de lesiones de artrosis en caballos de carrera.
–¿Cuál fue el primer paso que se dio para matar a los animales?
–Sin ninguna duda inmovilizarlos. Eso se logra hoy muy fácil y la técnica está disponible en el mundo entero. Se utiliza un dardo pequeño disparado por una pistola de aire comprimido que hace mucho menos ruido que un rifle de aire comprimido. O sea que prácticamente no hace ningún ruido. Aquí para inmovilizar animales se usan relajantes musculares que tardan bastantes minutos, el animal se sigue moviendo, camina, se sienta, se termina echando. En el mundo, en cambio, hay medicamentos con capacidad de volteo en 30 segundos y hablo de toros de lidia que pesan 500 kilos y son pura potencia. Usando el medicamento inmovilón revivón, por ejemplo, con dos centímetros cúbicos el animal queda paralizado. Si hablamos de vacas mucho más livianas, como los casos que estamos viendo, la capacidad de volteo es total.
–¿Y cómo se mata al animal?
–Se lleva otra jeringa con pentotal sódico, que se consigue fácil y sobre todo derivados del curare. Los animales se quedan quietos hasta la muerte.
–¿Pero no hay rastros alrededor de los animales? ¿Tendrían que quedar huellas de los humanos que lo hacen?
–Cualquiera que haya trabajado en casos de abigeato sabe cómo son las cosas. Los cuatreros no dejan huellas. Usan alpargatas de soga o de suela lisa que no dejan rastros. Por otra parte, todavía no he visto en ese terreno informes de peritos en criminalística. Esa gente seguramente llegó en alguna camioneta, pero la lógica es que la deje a un kilómetro o más.
–Lo más misterioso es la forma de los cortes en el animal. Eso es lo que hace que se llegue a hablar de extraterrestres. Son cortes en los que no hay sangre y parecen hechos por un bisturí.
–El instrumento que se usa y produce exactamente el mismo efecto es el termocauterio. Tiene 70 centímetros de largo, es muy sencillo y se conoce hace 50 años. Se utiliza para operaciones en toros de lidia o en caballos de carrera. No necesita fuente de energía ni prender fuego. Es un tubo (ver foto) que se carga con éter y que tiene disponible distintos tipos depunta, por ejemplo una punta cortante. Una vez prendido con un encendedor, el termocauterio llega a 760 grados de calor en la punta. Se va cortando y al mismo tiempo el calor cauteriza. No cae ni una gota de sangre. Se le puede sacar a una vaca todo lo que rodea a los maxilares exactamente como aparecieron las vacas en La Pampa.
–Algunos dicen que los cortes en las lenguas son imposibles.
–De ninguna manera. Con el animal inmovilizado, una persona saca la lengua hacia un costado y el otro la corta con el termocauterio en menos de dos minutos.
–Otro argumento que dan es que los carroñeros no acabaron con los animales. Supuestamente estarían asustados.
–En primer lugar hay que decir que la presencia de gente extraña rodeando a un animal aleja a otros. También está el hecho de que las principales aves carroñeras, el chimango y el carancho, se acercan para ir contra la lengua, el ojo, los testículos, las partes blandas, justamente las que se cortaron. Pero yo diría que aquí hay una clave y es que no tenemos datos de una investigación bien hecha. No hay informes serios, peritajes y necropsias como corresponde donde se determine exactamente el tiempo de muerte. No hemos visto análisis toxicológicos, sobre todo del cerebro, que es muy noble para esos estudios y a través de los cuales se puede determinar qué drogas se usaron contra los animales. Lo urgente es que se haga una investigación en serio y no basarse en testimonios parciales en los que no hay un registro exacto de lo que pasó. Lo que yo afirmo en forma categórica es que lo que le hicieron a los animales no requiere de tecnología desconocida: aquí puede haber una organización, secta o lo que sea que puede usar medicamentos e instrumental que se usan en toros de lidia o caballos de carrera desde hace muchos años.