Muchas águilas, muchas estrellas y mucha solemnidad. La casa del embajador de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, derrocha protocolo. Pero ayer algo contrastaba. Risas, algunas tímidas y otras no tanto. Espontaneidad. Alegría. El protagonismo no estaba en lo diplomático, sino que pertenecía a cinco adolescentes argentinos que cambiaron –al menos por un día– el clima en el paquete edificio. Ellos fueron elegidos por autoridades norteamericanas para emprender hoy un viaje cultural de quince días hacia el país del Norte, donde asistirán a la escuela para perfeccionar su inglés, conocerán más sobre la sociedad de aquella nación y compartirán con los nativos detalles de Argentina y sus comunidades.

El grupo de jóvenes está integrado por tres chicas y dos chicos, todos estudiantes de establecimientos secundarios públicos y con gran nivel de inglés. Tras varias entrevistas bilingües, fueron seleccionados entre más de 200 postulantes en el programa Jóvenes Embajadores, que brinda la posibilidad de viajar a Estados Unidos con fines de intercambio cultural.

Luego de la presentación formal junto a Wayne, en la que les costó despegarse del clima solemne, los chicos quedaron liberados y empezaron a charlar. Ahí desplegaron su felicidad por la chance que se les presenta y dejaron de lado tantas normas y reglas. “Vamos a poder conocer en persona lo que siempre vimos en fotos o películas. Creo que va a ser muy lindo. La casa en la que me voy a quedar está cerca de la playa de Santa Mónica, donde seguro hay muchas cosas para hacer”, se entusiasma Anabel Córdoba, 16 años y oriunda de Corrientes, y deja ver los hoyuelos en sus mejillas.

Los jóvenes arribarán primero a Washington, donde recorrerán la Casa Blanca y serán recibidos por funcionarios del gobierno estadounidense, y luego llegarán a las casas donde vivirán por 14 días con una familia anfitriona. Las imágenes vuelan en la cabeza de la salteña Andrea Rodríguez, de 17 años, que reconoce “todavía me cuesta pensar cómo será la gente de allá, sobre todo porque vamos a Los Angeles, una zona de buen poder adquisitivo, y tal vez ahí tenga alguna característica especial por eso”.

Emiliano Daniele tiene 17 años y es cordobés. Parece el más serio del grupo y le apunta rápido a las obligaciones: “Nosotros, de alguna forma, vamos allá a representar a nuestro país, y eso es una responsabilidad muy grande”, sostiene.

El programa en cuestión no incluye sólo a Argentina, sino que también emprenderán viaje chicos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, que compartirán con el grupo local la primera parte de la experiencia. Una de las condiciones que debían cumplir los seleccionados es participar en su lugar de residencia de algún tipo de trabajo de beneficencia o comunitario.

Ajena a todas esas formalidades, Valentina Domínguez, una santafesina de 15 años, deja ver su simpatía ante cada pregunta o consulta. Y aparece como la más extrovertida del grupo. “A mí de la montaña de Hollywood me van a tener que sacar con una grúa. Va a estar bárbaro. No sé si en el mismo avión van a viajar los otros latinoamericanos, pero ojalá que sí”, vislumbra.

La ceremonia de ayer también sirvió para que el embajador Wayne conociera a los seleccionados y les deseara suerte en un español bastante precario.

Luego de eso, Alfredo Vaudagna –16 años y de Santa Fe– dijo que “ya preparé algunos CDs con imágenes y música de mi pueblo para cuando tengamos que exponer en las escuelas de allá. Sólo pensar en el momento en que lo tengamos que hacer me da nervios”.